Con sus 19 años, Waly Mareco aparece como una de las jóvenes promesas del boxeo misionero. De igual manera, el púgil va paso a paso, a la espera de llegar al profesionalismo.
Duro y parejo. Mareco entrena todos los días; arranca con un primer turno bien temprano y cierra a la noche (Foto: Tatiana Lencina, El Territorio)
La tarea de mantener la mente fija en un objetivo parece fácil. Pero cuando recién se cuenta con 19 años el panorama tiene muchos caminos que, en definitiva, pueden perjudicar al primer objetivo. Por eso, la vida de José “Waly” Mareco va por ese rumbo, al dejar de lado las desatenciones que genera la adolescencia.
El boxeador, que acumula diez victorias en la misma cantidad de peleas, tiene en su haber seis nocauts, pero también el profesionalismo como meta principal.
Sabe que no será fácil, porque la actividad está en un crecimiento constante, aunque nunca saca la vista de ese punto, que alcanzará cuando tenga los 21 años obligatorios para medirse entre profesionales de la actividad.
“Me levanto temprano, hago el primer turno de entrenamientos y después empiezo con el trabajo. A la tarde también entreno, cierro mi día acá en el gimnasio”, cuenta Mareco antes de iniciar su práctica, la cual lleva a cabo con su hermano, quien también oficia de entrenador.
“Él (Maximiliano, su hermano) fue quien me metió en esto del boxeo. Dejé el fútbol a los 16 y me puse los guantes”, expresó el púgil.
Tiene los objetivos claros como, por ejemplo, “dejar siempre bien parada a la provincia”, aunque en el plano personal aparece llegar a ser profesional. “En la escalera para ser profesional me quedan dos años, pero voy despacio, de a poco y cada vez más. Ahora cuento con diez peleas amateurs, ocho en la provincia y dos fuera. Tengo seis nocauts y espero seguir por ese camino”.
Cada boxeador, ya sea famoso o en ascendencia como Mareco, busca y encuentra un referente en ese ámbito. “Mi referente siempre fue el Chino Maidana. Me gusta por la forma de boxeo que tiene, es muy aguerrido, muy frontal y cuando tuvo que representar al país lo hizo de buena forma”.
Su categoría, hoy por hoy, es Súper ligero, que lleva el rango de 61 a 63,500 kilos. De igual manera, Waly afirmó que “cuando llegue a profesional quiero estar en Peso ligero. Cuesta porque mi peso normal es de 66 kilos y entrenado bajo a 63, 62. En esta categoría no tenemos mucha ventaja en la altura pero sacamos provecho de la potencia. Hay que perfeccionarse para llegar mejor al profesionalismo”, destacó.
Respecto de las versiones que se encuentran acerca del boxeo como todo menos un deporte, el juvenil misionero fue claro y también puso en la mesa su punto de vista. “El boxeo es un deporte muy sacrificado, individual y que requiere mucho cuidado y disciplina. Hay muchas historias en las cuales los chicos de la calle han encontrado un buen futuro en esto”.
Por último, y en cuanto a los daños que sufre el boxeador, explicó que “los golpes influyen si tenés una mala carrera amateur. La idea es no llegar al profesionalismo muy golpeado”.
Fuente: Emiliano Andreoli, El Territorio.
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