Narese, uno de los números puestos en cada partido de Guaraní, pasó de volante a lateral, pero en el medio se convirtió en el goleador del equipo, que busca recuperarse (Foto El Territorio)
Si bien Narese se mantiene en el club desde que se recorrían caminos de Argentino A, hoy por hoy la B Nacional parece ser una categoría que le cae bien, aunque eso no quiere decir que al equipo le caiga de la misma manera. La Franja se mantiene en zona de descenso, con intermitencias entre el nivel mostrado en casa y el exhibido fuera de Misiones.
“De local se están haciendo las cosas muy bien, pero de visitante hay que mejorar. Hay que ser más ordenados, más inteligentes”, explicó Narese, quien ostenta el mote de goleador franjeado, con cuatro tantos.
Consultado acerca de si las directivas desde el banco, fuera de Misiones, tienden a meterse atrás, afirmó que “el técnico, cuando vamos de visitante, nos manda de la misma manera y sale a ganar, pero inconscientmente el rival nos mete atrás y se dan otros partidos”.
“A Villa Dálmine lo metimos en un arco, pero no pudimos convertir”, continuó el tucumano.
Narese dio vuelta rápido la página, entendiendo que se vendrá un choque duro ante Instituto, que también busca recuperarse. “Estamos muy bien, sabemos que tenemos que ganar como sea. Mentalizados en eso, hacer quedar los tres puntos en casa”.
Sus cuatro goles nacieron todos desde el lateral, posición que ocupó en lugar de Eros Medaglia, dejando libre la banda para el ingreso de Zárate o Brian López.
“Me sorprende (ser goleador) porque en el semestre pasado convertí un solo gol. En estas pocas fechas haber convertido cuatro sorprende, pero sabía que tenía que mejorar en la definición. No me interesa ser el goleador, pero se da de diferentes situaciones, de lateral uno sorprende más. Jugando de volante tenés siempre una marca encima y por ahí esa es la diferencia”.
Sus cambios posicionales también pasaron por la charla, pero Narese no ahondó en explicaciones: “Hago lo que haga falta en el equipo. Me gusta jugar de volante, también me siento cómodo jugando de lateral, por eso juego donde haga falta”.
Por último, la seguidilla que lleva no lo hace pensar en descansar. “Físicamente estoy muy bien, al jugar todos los partidos uno agarra ritmo y se va adaptando. Me gustaría estar en todos los partidos. El técnico sabe eso y hace casi dos años que muchas veces hasta golpeado quise jugar”. Después de Instituto, a Guaraní se le vendrá el debut en la Copa Argentina, en Formosa.
Fuente: El Territorio.
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