El 19 de julio de 1986, cuando aún el fútbol argentino festejaba la obtención de la Copa del Mundo en México unas semanas antes, con un deslumbrante Diego Maradona en la cima del planeta, se estrenaba el nuevo campeonato denominado “Nacional B”, que se transformó desde entonces en la segunda categoría de la AFA, desplazando al tercer nivel a la Primera B, que pasó a llamarse “B Metropolitana”.
Con el objetivo de adaptar el calendario anual al utilizado en Europa, la AFA proyectó una inédita reestructuración en el fútbol argentino, y determinó, entre otros cambios, que los torneos de la liga comenzaran a partir de julio y agosto, y finalizaran en mayo y junio del año siguiente.
Justamente esta nueva estructura tuvo como fin inicial posibilitar a los clubes argentinos la chance de realizar giras al Viejo Continente, en el momento en que las instituciones europeas se encontraran en etapa de pretemporada y ofrecieran la alternativa de jugar partidos amistosos. El tiempo demostró que el acceso a viajes tan largos y costosos no le fue viable prácticamente a ningún equipo.
Guaraní Antonio Franco, que había jugado el año anterior en el último Nacional de la Primera División, fue uno de los participantes.
La Franja, finalizó 16º entre 22 participantes y tuvo a Daniel Raschle como su goleador, con 20 tantos en 42 fechas. Mantuvo la categoría, pero al año siguiente, descendió.
El otro fin, tal vez más acorde con la realidad de entonces, fue la de normalizar las transferencias de los mejores jugadores locales al mercado europeo, al fin de nuestra temporada y no en su transcurso, como venía sucediendo, lo que en varias ocasiones diezmaba los planteles de los clubes en plena competencia.
Lo concreto es que a partir del año 1986 empezó a disputarse el campeonato de una nueva categoría, integrada por clubes de afiliación directa e indirecta a la AFA, estos últimos pertenecientes a las ligas del Consejo Federal. Se suprimió así el formato de los torneos Metropolitano y Nacional, instaurado desde 1967, y se les dio la chance a los equipos del interior de participar de manera permanente en torneos anuales.
Para este primer campeonato, las plazas correspondieron a nueve instituciones metropolitanas y trece del interior, formando un total de veintidos equipos que disputaron un torneo, todos contra todos, a partido y revancha, que otorgaba dos ascensos a Primera División y tres descensos de categoría.
Previamente, la Primera B organizó un torneo corto, en dos zonas, en el primer semestre del año, para definir las plazas en el nuevo certamen, y como plus, un ascenso más a la Primera A.
Los siete clasificados para el reducido final se aseguraron un lugar en el Nacional B. De ellos, el Deportivo Italiano, tras ganar la liguilla, alcanzó el único ascenso, con la particularidad de ganarle la final a Huracán, que provenía de la Primera División. El “globito” y Chacarita Juniors, ambos descendidos, también formaron parte del flamante campeonato.
Huracán, Chacarita Juniors, Lanús, Banfield, Deportivo Armenio, Tigre, Defensa y Justicia, Los Andes y Colón (que no clasificó, pero fue cuarto en su zona) fueron los nueve debutantes por la AFA. Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Central Córdoba (Santiago del Estero), Unión de Villa Krause (San Juan), Deportivo Maipú (Mendoza), Chaco For Ever, Belgrano (Córdoba), Deportivo Mandiyú (Corrientes), Atlético Concepción (Tucumán), Ferro de General Pico, Central Norte (Salta), Cipolletti, Guaraní Antonio Franco y Douglas Haig fueron los clasificados desde el Regional.
Al cabo de 42 jornadas, Deportivo Armenio, dirigido por Alberto Parsechian, resultó el sorpresivo campeón con un equipo que integraban, entre otros, José Ubeda, Silvano Maciel, Maximiliano Cincunegui y Miguel Gardarián. El segundo ascenso fue para Banfield, vencedor del Octogonal y los tres descensos los sufrieron Unión (VK), Atlético Concepción y Central Norte. Este último debió disputar un triangular junto a Chacarita y Gimnasia de Jujuy, ya que habían igualado el promedio de puntos.
Con el tiempo, el torneo fue variando su formato y la cantidad de participantes. Hasta la temporada de 1994/95 se jugó tal como se inició, en la temporada siguiente se disputaron dos ruedas por separado y una final para definir el primer ascenso, y desde 1996/97, reestructuración mediante, creció considerablemente la cantidad de clubes y debió ser dividido por zonas, entre los elencos metropolitanos y los del interior.
En la temporada 1999/2000, se alcanzó el récord de 34 participantes, y a partir de allí comenzaron a implementarse los descensos de manera masiva, para retornar, desde 2002/03 al número de veinte equipos.
La historia más reciente cuenta que en la segunda mitad de 2014 se disputó una edición atípica, dividida en zonas, que otorgó diez ascensos a la Primera A, en tanto que llegaron diez clubes nuevos a la categoría. Actualmente el campeonato se juega tal como fue en su origen, hace ya treinta años.
Fuente: diario Época.
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