Mariela Delgado volvió para recargar pilas

Mariela rodó por el circuito del Parque de la Ciudad junto a su primer entrenador, Miguel Camargo (Foto: César Lasso, El Territorio)

Mariela rodó por el circuito del Parque de la Ciudad junto a su primer entrenador, Miguel Camargo (Foto: César Lasso, El Territorio)

Descansar, recargar pilas y volver al ruedo son las premisas de Mariela Delgado, que volvió a la tierra roja tras su paso por los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro para encontrarse con sus seres queridos y procesar ese camino que dio en la gran cita del deporte adaptado en la que cosechó tres diplomas, entre ellos un gran cuarto puesto en ruta.
“Necesito descansar bien, hacer otra cosa; en mi caso ya tuve demasiado en la preparación y quiero desconectarme, no hablar de la bici las 24 horas”, explicó, aunque ayer rodó en el circuito del Parque de la Ciudad, con su primer entrenador de Posadas, Miguel Camargo, para “no perder el ritmo”.

El domingo, Mariela estuvo en el cierre del Campeonato Misionero de Ciclismo “y me costó porque no venía entrenando tres días”, tiró risueña y aclaró que por estos días “hasta bordo para hacer otras cosas”.
Los últimos años fueron un torbellino en la carrera de la posadeña. Con copas del mundo, Juegos Panamericanos y la frutilla del postre los Juegos Paralímpicos de Río, donde entró en la historia grande del deporte misionero.

Pero sencilla, amable y siempre humilde, Mariela sigue siendo esa ciclista que se traslada por la ciudad en su amada bicicleta, aunque ahora los saludos por las calles se multiplican, “hasta de gente que no conozco”, reconoce entre risas.
La ciclista misionera estará hasta el jueves en Posadas y luego partirá Rafaela, Santa Fe, su segunda casa, para estar unos días y volver al Cenard, en Buenos Aires, para cerrar el año con algunas competencias con su equipo Xirayas, de San Luis.

Pasado los Paralímpicos, ¿qué sensaciones te quedan?
Pasaron tantas cosas… Es un cuarto puesto doloroso por estar muy cerca. Después de que terminó todo me quedé con esa sensación de bronca, tal vez por estar ahí y no poder tener la medalla. Igual, entiendo que son circunstancias de la carrera y estuve lo más cerca que pude. Me preparé mucho pero hay momentos en la prueba en la que pesa mucho la experiencia y hay otras chicas que ya tienen dos Paralímpicos encima y ahí hacen la diferencia.Mariela Delgado volvió para recargar pilas

Seguro repasaste ese momento muchas veces…
Sí, y sé que di todo, pero ya con la cabeza fría y las piernas descansadas pensaba ‘y si en tal parte aceleraba’, o revivís las mil maneras de hacerlo de otra forma, pero en ese momento era lo que tenía y entregué todo. Igual es positivo el balance, hubiera querido que sea mejor pero fue la primera vez.
Siempre me contaban que era mucho más el nivel en un Paralímpico y ahora lo viví en carne propia.

Traer diplomas ya es un paso muy importante en un Paralímpico, ¿esto te motiva a más?
Sí, estoy contenta pero me hubiera gustado que sea mejor, pero uno no puede pretender que sea todo de una. Las cosas se dieron muy de repente y por ahí uno ya quiere medalla en Paralímpicos y es una mala costumbre que estaba teniendo porque donde iba ya estaba teniendo resultados con medallas, pero todo sirve para lo que se viene.

¿Ya pensás en revancha en Tokio?
Un poco ya se me cruza la idea aunque ahora quiero despejarme y poder desconectarme para recargar pilas y empezar bien con todo para el año que viene.

¿Pudiste disfrutar y ver alguna competencia?
No pude ver mucho pero el día que terminé de correr la última carrera de ruta me cambié, me tiré al mar y me relajé. También estuve en la ceremonia de clausura porque a la de apertura no fui porque corría al otro día.

¿Cómo fueron los días en la Villa Olímpica?
Disfruté de estar en la Villa, de su ritmo, y miré las competencias por la tele (risas). Además, casi nadie tenía televisor en la pieza y nosotras (estaba en la habitación con otra ciclista, Cristina Otero) sí teníamos, así que nos juntábamos unos cuantos a ver a los argentinos que competían. Eramos privilegiadas. En cuanto a la Villa, era gigante, había colectivos que te llevaban al comedor o yo me iba en bici pero los que fueron a otros Paralímpicos veían por ahí que no era tan variada la comida como debería ser porque había gente de distintas culturas, pero el resto bien. Lo de los voluntarios fue muy bueno, el servicio médico y la seguridad también porque tanto nos asustaron antes y nosotros que salíamos a entrenar afuera no nos pasó nada con la bici y eso que íbamos pedaleando hasta el lugar de la carrera.

Ya de regreso a casa, ¿cómo fue el recibimiento?
Fue muy lindo. Y desde Río ya mi mamá, que tiene despensa me decía: ‘Acá todos los que vienen al negocio te mandan saludos están todos re contentos y hasta lloraron con vos’. La contención que me da la gente acá, la que me conoce es hermosa; además son mas fervoroso porque me vieron crecer.

Para finalizar, ¿cuáles es el camino más próximo?
Poder descansar bien, recién pude volver a Posadas el viernes porque cuando volví de Río tuve competencias con mi equipo (Xirayas, de San Luis) así que quiero hacer otras cosas desconectarme y no hablar de bici las 24 horas. No estar al cien por ciento pensando sólo en ciclismo y por eso hasta bordo.

Esa ‘mala’ costumbre de ganar…
“Estoy contenta pero me hubiera gustado que sea mejor pero uno no puede pretender que sea todo de una. Se dio todo muy de repente y por ahí uno ya quiere medalla en un Paralímpico y es una mala costumbre que estaba teniendo porque donde iba ya estaba teniendo resultados con medallas pero todo sirve para lo que se viene”
Mariela Delgado

Fuente: El Territorio.

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