Miguel Mazzon, el arquero de Mandiyú que será local ante Altoz Hornos Zapla (Foto Época)
El chaqueño Guillermo Adrián González será el juez principal de este partido.
La Reválida, el certamen que todos pretendían esquivar o a lo sumo jugar sin la presión de tener que ganar la mayoría de los diez juegos en los que se desarrollará, para al final de ellos saber cual será tu futuro.
De diciembre a hoy, el “mundo Mandiyú” transcurrió más con las peleas dirigenciales que en lo deportivo. Denuncias de una parte y otra de quienes se habían unido para darle vida a este “nuevo Mandiyú”, hicieron que la atención se fuese hacia ello, sin atender mucho lo que transcurría con Pablo Suárez y sus dirigidos.
De aquel plantel que jugó la primera fase, ya no están Germán Mayenfisch y Diego Monzón. El primero se fue detrás de una oferta que le llegó desde el fútbol de Honduras, y el segundo optó por volver a su “viejo amor”: Curupay, para jugar el torneo Federal C, luego de ver que prácticamente no estaba en la consideración del técnico del “albo” a la hora de armar la lista de convocados para cada uno de los partidos.
Cuando terminó la primera fase, tanto el técnico como el presidente Igarzabal, tenían un solo discurso: “vamos a traer dos delanteros que hagan goles”. Dejando en claro que ambos coincidían en que allí radicaba el mayor déficit del equipo y que a raíz de ello, Mandiyú tuvo la campaña que conocemos en la primera fase, terminando en el anteúltimo lugar de la zona 4, apenas por sobre Guaraní Antonio Franco, rival que paradójicamente le ganó los dos cruces que tuvieron en la temporada.
Los días de pretemporada transcurrieron y Pablo se las arregló para seguir entrenando con lo que tenía, recién un par de semanas antes del inicio del torneo que hoy se pone en marcha, llegó Diego Romero, un volante que viene a suplir la ida de Mayenfisch, y días después vino el hijo del “Pepe”, el delantero Juan Agustín Basualdo.
Hoy, ninguno de los dos puede estar, porque no fueron habilitados.
A todo ello, peleas y llegadas de refuerzos, se le sumaron a la pretemporada, las adversas condiciones climáticas, que jugaron también su papel en el trabajo de Pablo, ya que varios días debió resignarse a entrenar en gimnasio y canchas de fútbol cinco, con muy pocos partidos amistosos de por medio, uno con Crucero del Norte, algunos con equipos que se preparaban para jugar el Federal C, y el último ante un seleccionado de las inferiores de Boca Unidos.
En medio de todo ello, estuvieron las lesiones de jugadores que en el andamiaje de Pablo Suárez son importantes, como lo terminaron demostrando Rafael Blasco, Nicolás Monje y Julio Sena. También el arquero Jamil Jara y el volante Maximiliano Cáceres no pudieron trabajar con normalidad en todo este proceso previo. Y como si con ello no bastase, Alvaro Pavón debe cumplir con una fecha de suspensión por acumulación de amarillas.
Entonces, al entrenador no le quedó otra cosa por hacer, más que tratar de armar el mejor equipo posible con lo que le quedaba, es decir, con aquellos jugadores que nunca terminaron de convencerlo.
En síntesis, se puede decir que no fue la pretemporada ideal para encarar un torneo como el que se pone en marcha y en el que la “suerte” quiso que comenzara enfrentando a Altos Hornos Zapla, un rival que se quedó con los triunfos tanto acá como allá, y que por muy poco no logró uno de los pasajes a la segunda fase del torneo, donde está en juego uno de los ascensos a la Primera B Nacional.
Comienza a rodar la pelota para Mandiyú, el objetivo principal es sumar la mayor cantidad de puntos posibles, y lo bueno sería que se empezara desde hoy.
Fuente: diario Época.
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