José María Defilippi, jugador de mundo

José María Defilippi, jugador de mundo

La pelota no entiende de fronteras. O en todo caso, entiende pero no las respeta. No deja encasillarse en idiomas, culturas o espacios geográficos. Al final de cuentas, la redonda es rebelde. Tiene mundo. Y rueda por el pasto, el cemento, la tierra y hasta el ripio libre e irrefutable. No hay símbolo más universal que la pelota. En todos lados, significa fútbol.

Vaya si lo sabe José María Defilippi (37), un verdadero trotamundos del balompié. Nació en Posadas, sí, pero dejó un pedazo de vida en cada uno de los lugares en los que jugó. Recorrió el país atrás de una pasión y después se fue a Paraguay, pero ese viaje le quedó corto.

En 2015, se fue a Australia, volvió a la Argentina y en agosto de 2018 hizo las maletas y se mudó a Italia. Durante el verano, estuvo apenas semanas con sus más cercanos. Es que ya tiene un nuevo desafío: en las últimas horas regresó a Australia, donde volverá a jugar para el Tigers de Canberra, actualmente en la Segunda División.

Antes de escribir su segundo capítulo en Oceanía, José habló con El Deportivo y contó cómo es la experiencia de recorrer el mundo detrás de la pelota, atrás de una pasión. Sin dejar de lado la humildad y sencillez que lo caracterizan, el exAtlético Candelaria -entre otros tantos clubes- reconoció que no piensa aún en el retiro y dejó un consejo para los más chicos que se inician en el fútbol. Imperdible.

José, acabás de llegar de Italia…¿y te vas al fútbol de Australia?
Es así. Durante 2018 estuve jugando en el ascenso de Italia, me salió la posibilidad de volver al equipo de Australia donde jugué en 2015. La verdad es que no me esperaba tener esa chance tan linda, con 37 años. Hablé con el club de Italia en el que estaba jugando, les conté a los dirigentes de esta propuesta y me dijeron que no había ningún problema, entendieron que era algo bueno para mi carrera. Estoy muy contento con esta posibilidad y espero disfrutarla al máximo.

Repasemos tu paso por Italia ¿dónde estabas jugando?
Estuve jugando en el Stintino Calcio, en la categoría Eccellenza, que es la quinta división sobre un total de nueve escalones que tiene el fútbol de Italia. Se trata de un fútbol muy competitivo, donde hay pocos espacios, muy diferente al de acá. Es un fútbol muy duro, se juega en canchas chicas, de pasto sintético, donde se hace muy difícil entrarle al rival.

José María Defilippi, jugador de mundo

Al ataque. Defilippi, con la camiseta del Stintino, en uno de los tantos partidos que disputó en la categoría Eccellenza. “Stintino también se llama la ciudad, queda en el extremo norte de la isla de Cerdeña. Es un lugar hermoso para vivir”.

Uno se imagina Italia y piensa en los “tifosi”, los hinchas, igual o más pasionales que acá…
Sí sí, la verdad es que sí. Allá el hincha es muy pasional. En el club donde estuve la hinchada no era muy grande. No obstante, nos enfrentamos con equipos que tenían mucha gente. Y eso pesa cuando vas a jugar de visitante.Sin dudas, en Italia son muy parecidos a nosotros en lo que respecta a esa pasión.

¿Dónde vivías? ¿De dónde es el Stintino Calcio?
Es un paraíso. Un lugar muy lindo. El Stintino es el nombre del club y también de la ciudad en la que está ubicado. Queda en el extremo norte de la isla de Cerdeña, ubicada en el mar Mediterráneo. La capital de esa isla es Cagliari, a 250 kilómetros de Stintino. De ahí es el equipo que juega en la Serie A (N. de R: la primera del Calcio italiano). Hay muchos equipos en la isla. Es un lugar muy lindo y con gente muy tranquila. Sin dudas, es un lugar muy lindo para vivir. En la cancha me crucé con muchos argentinos que jugaron en Primera, B Nacional y otras categorías. Todos van allá a jugar sus últimos años.

¿Hay varios argentinos por allá?
Sí sí, en Cerdeña hay de todo. Me tocó enfrentarme con chicos con los que compartí plantel en Colón de Santa Fe o que enfrenté en el Torneo Federal A. No podría decir un número exacto, pero al menos quince argentinos juegan en esa misma categoría. Después, claro, también me tocó jugar contra jugadores italianos que quizás no son tan conocidos acá pero que jugaron en Serie A o B y que también están en clubes de la isla.

José María Defilippi, jugador de mundo

A sacar las garras. José y un recuerdo de su anterior paso por el Tigers FC de Canberra. “También es una ciudad muy tranquila. Los campos de juego son mucho más grandes. Entrenamos en el predio donde concentra la selección australiana”.

¿Cómo se dio la oportunidad de jugar en Australia?
La posibilidad surgió en 2015. Yo había terminado de jugar en Sol de América de Formosa y me tocó quedarme sin club varios meses, un momento difícil para cualquier jugador. Entonces me contactó un amigo que conocía de las inferiores de Boca Juniors y que estaba jugando en Australia. Me contacté, hablé con el director técnico, él se informó de mi carrera. Y se dio. Todo cerró. Justo necesitaba un jugador de mis características. Y ahora ese mismo DT me volvió a llamar, lo que quiere decir que creo que hice las cosas bien allá. Yo originalmente soy volante central, pero jugué a lo largo de mi carrera también por derecha y este último año me tocó jugar como defensor central. Esas son todas situaciones que te sirven y te hacen crecer como jugador.

¿Cómo se llama el equipo al que volvés? ¿Dónde juega?
Es el Tigers FC, un equipo de la Segunda División que está emplazado en Canberra, la capital, a 286 kilómetros de Sidney. También es un lugar muy lindo, una ciudad hermosa y muy tranquila, totalmente diferente a Stintino.Quizás Italia es un poco más parecida a Argentina, tanto en lo que tiene que ver con la gente como en la cultura, la comida. Pero Australia es distinto, la gente es muy respetuosa, muy tranquila. Todo es distinto. Los campos de juego son mucho más grandes, también de césped, pero mucho mejor. Imaginate que nosotros entrenamos en el predio donde concentra la selección australiana…

¿Cómo es el fútbol en Australia?
El fútbol en Australia es totalmente diferente al argentino e italiano. Es bastante parecido al fútbol inglés, salvando las distancias, sin la técnica ni el nivel de Inglaterra, claro, pero juegan así. Mucha contra y muy rápido. Cuesta un poco agarrarle la mano, ya que más que nada es físico. Pero si estás atento y lográs hacer una jugada diferente, podés hacer la diferencia. También si tenés técnica y lográs meter un pase largo, cosas así. Son fuertes y rápidos en lo físico, pero quizás dejan muchos espacios.

Decís que, con 37 años, nunca hubieses imaginado una chance así… ¿pensás en el retiro?
La verdad es que me siento pleno, muy bien físicamente. Eso será cuando mi cuerpo diga basta, pero por el momento eso no pasa, no pienso aún en retirarme.

¿Qué mensaje le dejás al chico que sueña con vivir del fútbol?
Mi mensaje es que el fútbol siempre vaya acompañado del estudio. Suele pasar que uno piensa solamente en el fútbol. Y es cierto que en esta actividad son muy pocos los que llegan a lo más alto. En mi caso, cuando terminé el secundario me fui a Colón de Santa Fe, y me acuerdo que quería estudiar kinesiología en Paraná, pero era complicado ir y venir todos los días, además de que económicamente también era difícil. Por eso hoy mi consejo es que, mientras se tenga la posibilidad, el chico pueda hacer las dos cosas, jugar y estudiar. Después, si llegás a Primera capaz cambia todo y podés sostenerte. Pero mientras estés en inferiores y hasta llegar y afianzarte, hay que aprovechar y estudiar.

¿Qué significa el fútbol para tu vida?
El fútbol es casi todo en mi vida. Es una pasión y a lo que me dediqué en estos últimos veinte años. Y más todavía, porque desde los cuatro años que juego. El fútbol es una universidad en la que uno no deja de aprender y aprender. Ahora tuve la posibilidad de estudiar y recibirme de director técnico, así que quiero seguir en esto por la pasión que tengo. Me siento bien y me hace sentir bien hablar de fútbol, mirar partidos o todo lo que esté ligado. El fútbol es una pasión que voy a seguir hasta el día que me muera.

Toda una vida ligada al fútbol

José abandonó Posadas en 1999 para jugar en Colón de Santa Fe, donde estuvo hasta 2003. Regresó para jugar el Argentino B con Atlético Posadas y Candelaria, con el que protagonizó el recordado ascenso.

De ahí partió a la CAI de Comodoro Rivadavia, a disputar la B Nacional. Luego tuvo un paso por Patronato de Paraná (hoy en la Superliga), donde consiguió su segundo ascenso, y por Atlanta.

El camino detrás de la pelota lo llevó luego a 3 de Febrero de Paraguay, para después regresar a Misiones para jugar en Brown y Rosamonte.

El fútbol lo llevó luego a Sportivo Patria (Formosa), Chaco For Ever y Sol de América (Formosa), desde donde partió en 2015 a Australia, después a Italia y ahora nuevamente a Oceanía. Un verdadero trotamundos.

Fuente: Primera Edición.

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