Jorge Gibson Brown ya apagó 99 velitas

El club verdirrojo festejó un año más y comenzó la cuenta regresiva para los 100. Aquí, un repaso y el reconocimiento a los pioneros del club del barrio Villa Urquiza.
La historia deportiva de Misiones cuenta que hace 99 años, sentados en un banco de la plaza San Martín un grupo de juveniles valores –todos menores de 18 años- imaginaron organizar un club de fútbol, que luego abarcó a otras disciplinas, y llevaron adelante eso que parecía una utopía.

En aquel 16 de marzo de 1916 se plantó la semilla de la fundación del club Jorge Gibson Brown y allí estuvieron Salvador Nosiglia, Moisés Simsolo, Eloy Guillermo Acuña, Honorio “Negro” Silva, José María Zubigaray, Luis Cusolito, Miguel Angel Maciel Pérez y Félix Ramón González, quienes entusiasmados con la idea designaron presidente a Honorio Silva. Luego dispusieron colocar el nombre de uno de los grandes del fútbol argentino de la época: Jorge Gibson Brown, un entonces famoso defensor de Alumni y del seleccionado nacional.
Así, con esa simpleza, pero con el empuje juvenil de aquellos noveles directivos nació la entidad “verdirroja”, que con el tiempo marcó rumbos en el deporte misionero, sumándo luego a dirigentes de la talla de Cayetano “Cayé” Castelli (primer presidente de la Liga Posadeña de Fútbol), Salvador Noziglia, Jacinto Félix Pratt, Esteban Pereyra, Emiliano Antúnez (gran dirigente y fundador de la Liga de Arbitros), Martín Avalía, Víctor Alegre Niveyro, Máximo Vallejos, Ramón “Pomito” Ayala, Lito Gonseski, Carlos Gómez, Elizardo Alonso, Samuel Acuña, Miguel Botta Castelli, Liberto Negrete, Alberto Boratti, Balbino Brañas, Jacobo Mazal, Adelio Suárez, Ramón Walter Larraburu, Julio Roberto Daviña, Dionisio Bravo, Diógenes Lenguaza, Luis Yunis, José Negrete y tantos otros que hicieron crecer a la institución.

Los inicios y el estadio
Brown participó en la fundación de la Liga de Fútbol de Posadas en 1920 y en 1924 adquirió el actual terreno de la avenida Cabred, por gestión de “Cayé” Castelli. Al poco tiempo se levantó el muro de ladrillos para cerrar el predio, cuyos fondos se consiguieron mediante la recaudación de kermeses que se realizaban en la esquina de Colón y San Martín (con el tiempo Banco Hipotecario).
El estadio se inauguró en 1937, cuando Brown enfrentó a Cerro Porteño. Los paraguayos ganaron por 2 a 0 (ambos goles de Domínguez, un delantero que llegó a vestir la “verdirroja” cuando logró el título en 1945).

Elizardo Alonso, un símbolo de la historia verdirroja
En la mayoría de las instituciones existen personas que por lo importante de la tarea desarrollada en beneficio del club se lo considera algo así como el padre espiritual de la entidad. Y en la mayoría de los casos, en homenaje a esa trayectoria, lo designan presidente honorario. Eso ocurrió con Elizardo Enrique Alonso (nacido en España, el 17 de octubre de 1891), quien llegó a la Argentina en 1909 y se incorporó al club Brown, desde muy joven, para tranformarse junto a su familia en fanáticos del club Brown. Entre ellos se encontraban sus hijos Antonio Benito, Elizardo Luis (Nene) y José Andres (Pepe) Alonso, este último uno de los grandes valores del “verdirrojo” y también un indiscutido en la selección, primero como jugador y luego como director técnico que supo destacarse en ambas funciones.
Los Alonso fueron símbolos de una etapa de lucha y sacrificio por la entidad de la avenida Cabred, siendo Elizardo Enrique Alonso un puntal para el crecimiento institucional, desde las gestiones para adquirir el terreno donde está emplazado su actual sede y el estadio, cuando ese terreno era un yerbal de Telesforo Mazal, adquirido por 6.000 pesos, y que luego pasara a nombre de Cayetano Castelli (otro histórico) y de Elizardo Alonso, quienes después lo cedieron a la institución.
En las personas fanáticas del verdirrojo, genera nostalgia y orgullo la historia del club Brown, ya que en sus principios no se escatimaron esfuerzos para limpiar el terreno y dejarlo adecuado para la práctica del fútbol, donde hoy muchos jóvenes pueden disfrutar de ese escenario. Y, es bueno que las generaciones de hoy sepan que eso se logró mediante la dedicación de esos pioneros que realizaban kermeses para recaudar fondos, con lo que la institución fue creciendo paulatinamente. La semana pasada se cumplió un nuevo año y comenzó la cuenta regresiva para el festejo de su esperado centenario en 2016.
Es así que el nombre de los Alonso quedó está grabado como uno de los mas gratos recuerdos en la institución.

Fuente: Primera Edición.

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