Acostumbrado a festejar

Acostumbrado a festejar

Rocamora otra vez está de fiesta. Mitre volvió a demostrar que es, en los últimos años, el mejor de la Liga Posadeña y sumó su 22º título a nivel local.

Ayer, el Auriazul derrotó como visitante a Guaraní por 2-0 en la vuelta de la final del torneo Apertura y selló un global de 3-0 para gritar nuevamente campeón.
Miguel Comes y Manuel Sánchez Ocaña fueron los autores de los tantos en Villa Sarita para los visitantes, que no dejaron dudas en la serie final, tanto en el juego como en el resultado y cerraron la serie sin recibir goles.
El local era el que debía tomar la iniciativa, pero Mitre pegó primero. Miguel Comes bajó la pelota en el área franjeada, se tomó todo el tiempo del mundo y definió al ángulo del ex Mitre, Mateo Forza, que poco pudo hacer.
Lejos de conformarse, el Auriazul fue en busca de más goles. Fabián Sosa fue el generador de juego de un equipo que demostró gran jerarquía para la liga local.
Es que el equipo de Rocamora está pensando en lo que viene, en el Federal B, pero antes quería redondear una buena campaña en la Liga Posadeña.
La Franja estuvo lejos de inquietar a Galeano, que apenas se dedicó durante los primeros 45’ a hacer los saques de arco. Los locales nunca encontraron el camino, a pesar de que Leandro López intentó siempre juntarse con Fernando Verón y Rodrigo Gómez para llevar peligro al arco rival.
Bruno Smorczewski le pidió a sus jugadores que regularan la intensidad, que jugaran más a los toques y que fueran por las bandas. Así lo hizo el equipo de Rocamora en el final del primer tiempo y tuvo en la cabeza de Sosa y de Matías Fesztein la chance de aumentar la ventaja, pero se encontró siempre con las buenas atajadas del arquero de Guaraní.
Con la tranquilidad de Comes y Sosa en el mediocampo, con la firmeza de Richard Rodríguez, Franco Semino y Kevin Llorián en el fondo y la experiencia de Fesztein y Sánchez Ocaña en la delantera, Mitre mostró su mejor cara en el complemento.
Si el equipo de Rocamora no goleó a Guaraní fue porque Forza evitó una y otra vez la caída de su arco.
Recién a los 35’ Galeano tocó la pelota. Mauricio Díaz se sacó a varios jugadores de encima y mandó un pésimo centro, que terminó en las manos del “1” de Mitre. A eso se redujo el fútbol de la Franja.
Para redondear una mala tarde, a cinco minutos del final a Milton Petriw no le quedó otra que derribar a Gastón Ortiz en el área.
Gastón Ramírez marcó penal y Sánchez Ocaña lo cambió por gol, pero el árbitro decidió que lo pateara de nuevo por una supuesta invasión. Poco le importó al delantero que con un potente remate al medio del arco estampó el definitivo 2-0 para los visitantes.
Solamente hubo tiempo para alguna escapada de Ortiz sobre el final, pero estaba todo definido en Villa Sarita, donde Mitre otra vez gritó campeón.

Fuente: El Territorio.

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