Después de haber alcanzado el ascenso a la Primera B Nacional en la temporada 2013/2014, se había creado un fuerte lazo con el entrenador José María Bianco, en quien habían depositado la esperanza de llegar a Primera División.
Luego de haber jugado 36 partidos para lograr el ansiado ascenso, el “Chaucha” tuvo su prueba de fuego en el torneo Transición que se disputó en el último semestre del año pasado, que daba la chance de meter a diez equipos en la Primera División.
Lamentablemente el equipo, que había mantenido la base que consiguió subir de categoría, no rindió en la medida de lo esperado, los triunfos escasearon y la Franja terminó en los últimos puestos, con un promedio muy bajo que lo obliga esta temporada a tener que engrosar para mantener la categoría.
En esos seis primeros meses en la B Nacional, Bianco dirigió veinte partidos, donde Guaraní apenas ganó cuatro partidos, con seis empates y diez derrotas. Los números quedaron en rojo, pero el equipo pudo seguir en la divisional porque en ese torneo no hubo descensos.
Con el nuevo año, las ilusiones volvieron a renovarse. Al plantel llegaron figuras de renombre, de mucha categoría y experiencia en Primera División, pero ninguno estuvo aún a la altura de las circunstancias.
En esta nueva etapa en la B Nacional, Bianco dirigió al equipo en doce partidos, con tres victorias cinco empates y cuatro derrotas y lo deja en el 15º lugar, con 14 puntos, pero en zona de descenso.
Los rumores de un quiebre comenzaron a sonar cuando el DT decidió “colgar” al arquero Jorge De Olivera (el sábado estuvo jugando al golf en Campo Viera mientras la Franja empataba de local con Instituto), pero las tres victorias seguidas, dos de ellas como local y la primera de visitante, volvieron a respaldar al entrenador, que parecía tener los días contados en el club.
Después de eso, la “normalidad” volvió al equipo, que sólo jugó medianamente bien ante Atlético Tucumán, en el empate 2-2 en Villa Sarita.
La gota que rebalsó el vaso se dio el último fin de semana en el juego frente a Instituto de Córdoba, donde Guaraní dejó una pobre imagen y sólo pudo salvar el empate por el gran presente de Cristian Barinaga, quien sigue cargándose el equipo al hombro en una etapa difícil para la Franja.
Pero en la cancha quedó la evidencia de que los que llegaron como refuerzos, salvo Leyes que seguía entre los once, ninguno rindió como se esperaba.
Sabiendo que el presente no es el óptimo y tratando de buscar lo mejor para el equipo, Bianco se vio en la necesidad de presentar su renuncia para darle un poco de oxígeno al club. Siempre se dice que cuando hay un cambio se renuevan las esperanzas. Ojalá así sea para un equipo como Guaraní, que siempre tuvo el respaldo de su gente, porque necesita de buenos resultados para afrontar esta dura lucha por la permanencia.
De todas maneras, la salida del DT fue en buenos términos. Nadie podrá olvidar que le devolvió a la Franja la posibilidad de jugar en la segunda división del fútbol argentino.
El próximo objetivo de Guaraní es la Copa Argentina, que debe afrontar mañana en Formosa ante Arsenal de Sarandí. Por ahora dirigirá al equipo Telmo Gómez, el único que siempre cae parado cuando se van los técnicos. Después, la Franja visitará a Santamarina, en Tandil.
Fuente: Primera Edición.
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