«Es importante la referencia, decir a eso quiero llegar»

El mayor tenista que tuvo Misiones está convencido que talento hay en todos lados, pero hay que salir a buscarlo. Destacó la necesidad de contar con ejemplos.

"Es importante la referencia, decir a eso quiero llegar"

Chucho Acasuso | Ex tenista

¿Cuánto falta para tener otro representante de la provincia en el tenis argentino? ¿Por qué no ha llegado otro misionero hasta la elite del tenis mundial? ¿Qué se necesita para encontrar esos talentos? ¿Sirve tener muchos jugadores a las órdenes? ¿O es mejor el entrenamiento personalizado?
Esas preguntas suelen rondar las charlas deportivas en la provincia. Es que hace rato Misiones dejó de esperanzarse con algún jugador en las grandes ligas. Y todo tiene su por qué.

José “Chucho” Acasuso fue uno de los pocos tenistas salidos desde la provincia que llegó a Roland Garros, una final de Copa Davis, o simplemente a jugar ante grandes de la historia.
El posadeño, que pasa sus días en Buenos Aires tras el retiro, focalizó la visión de futuro en los formadores.
Avisó que materia prima hay “en todos los lugares” y puntualizó en la buena iniciativa con la creación del Cepard, pero también se lamentó por su nula actividad para el crecimiento provincial.
Acasuso, ese que ilusionó a toda la tierra colorada cuando llegó a la final del ATP de Buenos Aires en 2001, justo cuando Gustavo “Guga” Kuerten estaba en su mejor momento. “Perdón y gracias” habían sido las palabras de un Chucho abatido por la derrota, pero conforme con esa ilusión que había generado por primera vez para los misioneros.
Con esa final ingresó como actor importante del tenis argentino. Empezaron a verse con otros ojos esos partidos de más de dos horas, en los cuales se vio a un Acasuso en franco ascenso, justo a la par de grandes como Guillermo Coria, David Nalbandian, Gastón Gaudio y otros tantos protagonistas de La Legión, que quedará grabada para siempre en la memoria de los amantes de la raqueta.
Si bien su vida transcurre en la gran ciudad de Buenos Aires, las visitas a Misiones lo llenan de enseñanzas, al tiempo que cada vez que retorna a la ciudad que lo vio nacer prueba con acercarse a los que lo empujaron a salir, a conocer el mundo y a crecer en lo que más le gusta.
Chucho, que se ganó ese apodo de chico por nombrar mal su apellido (se presentaba como José Acachucho), entiende y ve lo que le falta a su provincia para que su legado sea continuado.
Sabe que en su momento fue un espejo, pero lamenta que no haya habido otro para “fomentar esos ejemplos que tienen que tener los que se inician en el deporte”.
Acasuso tampoco se distancia de la realidad del país. “El nivel económico y la situación del país hace muy difícil el avance en cualquier aspecto. A nosotros como misioneros se nos hace más complicado llegar. Un buen paso adelante fue la creación del Cepard, pero lamentablemente hoy por hoy quedó en la nada. No hay nadie que haya quedado al mando de eso y quedó el lugar preparado pero no utilizado”.
“La persona que ideó eso fue León Seró y yo por lo menos no veo a alguien que tenga esas ganas”, comenzó Chucho en su charla, extensa y necesaria para detallar qué piensa y qué pronostica.
“Me parece una lástima que se haya gastado una fortuna para construir eso y que hoy no esté funcionando. Creo yo que el Gobierno debería buscar alternativas, personas con iniciativa para poner en funcionamiento el deporte en Misiones. Hoy no veo a alguien que tenga las ganas para fomentar ese crecimiento”.

De igual manera, tenerlo es saber que algún día se va a ocupar…
En Argentina casi no hay centros de entrenamientos. Más allá del Cenard en Buenos Aires, no son muchas las provincias que tienen ese beneficio.
El Cepard debería convertirse en un centro de entrenamientos no sólo para misioneros, sino de todo el país y por qué no extranjeros, estando tan cerca de Brasil y Paraguay.

¿Hay con qué ocuparlo?
Materia prima hay en todos lados. Lo lógico es tener gente capacitada para captar esos talentos, recorrer la provincia e ir buscando. Hay mucha gente con ganas pero que no encuentra los caminos.
Hay que invertir, porque cuando se capta un talento hay que incentivarlo. El deporte de alta competencia es muy lindo, es algo espectacular que significa un vehículo muy importante. Pero más allá de eso, el deporte sirve para sacar a los chicos de las cosas que van en contra de lo bueno.

¿Creés que falta motivación?
Yo siempre pienso que Posadas, o Misiones, tendría que tener un equipo en la Liga Nacional de Básquet, otro en la de Vóley como se supo tener, eso es tener referentes cercanos. Pasa con Crucero del Norte en fútbol, con Guaraní que está en la B, todo sirve para tener espejos y ejemplos a seguir. Siempre que haya alguien destacado va a haber gente que quiera igualarlo o incluso pasarlo. Por eso es importante la referencia, decir ‘a eso quiero llegar’ y trabajar para ello.

En su momento fuiste uno de esos espejos. En el tenis no hubo otro Acasuso..
La vida del tenista es muy difícil. Más allá de mi familia, nunca tuve el apoyo de gente externa a ese núcleo. Salir de una provincia como la nuestra es difícil. Llegar a ser un jugador de tenis profesional no es fácil.
La gente piensa que como hubo una buena camada de tenistas es fácil llegar, pero no es así. En el caso del tenis no sólo tenés que tener talento y ganas, para ser tenista tenés que tener otras cosas. Aprender a viajar, a vivir lejos de tu gente. Eso no se tiene en cuenta muchas veces y a la hora de querer jugar pesa en contra.

Esas condiciones, ¿pueden tirar abajo a una joven promesa?
Vi muchos chicos que tenían condiciones pero no estaban preparados psicológicamente. No es fácil dejar todo para irse a probar con gente que no conocés.
(NdR: Acasuso fue uno de los que probó suerte en otro país. A los 15 años fue a Mónaco invitado por la federación de ese país, pero volvió a las dos semanas).
En la charla entonces aparece la figura de los formadores. Esos que van presentándose en la vida de los deportistas en sus inicios, pero que después terminan siendo parte fundamental para su crecimiento.
Claro está que avanzar no es fácil en ningún ámbito. La vida diaria exige contactos para poder conseguir las metas, mientras que en las actividades deportivas pasa exactamente lo mismo.
Muchos son los casos de aquellos que llegaron hasta grandes escuelas, tanto de tenis como clubes de fútbol, equipos de rugby, vóley y por qué no automovilismo, aunque el último va más ligado con las posibilidades económicas del entorno, y luego no pudieron continuar con ese camino.
Todos los grandes jugadores fueron pequeñas promesas. Desde Maradona hasta Ayrton Senna, pasando por todas las actividades imaginables. Es que nadie aparece de prepo en el ámbito deportivo. Es un camino que requiere paciencia, motivación, interés familiar y también, lamentablemente, dinero.

¿Cómo se genera un formador?
Se nace formador, hay que tener esa vocación. Un jugador de tenis que es campeón es difícil hacerlo. Se nace siendo campeón y el formador va siendo determinante cuando el jugador lo necesita.
Yo particularmente tuve a Zambo González, una persona muy reconocida del tenis que para mí fue uno de los mejores formadores que uno pueda tener. Hace unos años, con todo el boom que hubo en el tenis, mucha gente se dedicó a enseñar sin saber.
Misiones siempre fue una tierra fértil en materia deportiva. Esos pocos que llegaron hasta la elite dan cuenta de aquellos que quedaron por el camino, que no tuvieron apoyo y tampoco suerte. Por eso la materia prima a la que se refiere Acasuso muchas veces queda en la nada cuando las exigencias van apareciendo.
“A veces un chico puede tener condiciones pero cae en manos equivocadas y se le pasa el tren.
Es difícil porque hay que saber y tener vocación”, fue el concepto del ex tenista sobre el tema.
Su presente lo tiene ligado al tenis, pero más cerca de la organización de eventos que de la formación de jugadores.
“No sé si me animaría a formar un chico, porque no cuento con esa vocación. Sí podría entrenar a alguien ya formado, porque es una cuestión diferente”.
Su llegada a los circuitos de ATP tuvo que ver con el entrenamiento pormenorizado. Acasuso tuvo la suerte de poder irse, de tener condiciones para crecer y de ser un elegido entre muchos. Por eso la cuestión del tenis se focalizó.

Para encontrar talentos, ¿sirve buscar en camadas o hay que apostar a un jugador?
Es difícil decir ‘voy a formar a un campeón’. Lo que está pasando ahora es que el tenis volvió a ser lo que era antes de nuestra camada, que fue algo importante para nuestro tenis.
El boom parece que está disminuyendo y eso quiere decir que quizás los entrenamientos podrán ser más profundos con algún buen jugador.
Ojalá que Misiones pueda tener algún otro jugador para que vuelva a haber un espejo.

José Acasuso
El posadeño, con sus 32 años, convive con el trajín de Capital Federal. Lejos de Misiones, pero con intenciones de visitar la tierra colorada cada vez que la agenda se lo permite, Acasuso se desempeña en la organización de eventos deportivos, siempre ligado al tenis.
• En su carrera, que supo pasar por grandes momentos y también por años en los cuales las cosas no salieron como se esperaba, conquistó tres torneos ATP 250.
• Se impuso en Sopot, Polonia, el 22 de julio de 2002, en una final que arrancó mal pero que supo encaminar ante otro argentino: Franco Squillari.
• Hubo dos años de lapso hasta su segundo título, aquel que alzó en Bucarest y ante el ruso Igor Andreev.
• Por último, en Viña del Mar, Chile, venció al local Nicolás Massú por 6-4 y 6-3 en lo que significó su última conquista personal.
• En dobles supo coronarse en cinco ocasiones. Su compañero en primera instancia fue el brasileño Flávio Saretta, mientras que los cuatro restantes los consiguió con Sebastián Prieto.
• Chucho, para los misioneros, quedó grabado en la memoria con el ATP de Buenos Aires de 2001. Allí saltó a las primeras planas de los diarios al llegar a la definición justo ante Guga Kuerten, número 1 del mundo en ese entonces. Cayó, pero ya se había metido en la memoria.
• Para el país, en tanto, Acasuso llegó al fondo de la memoria cuando cayó en definiciones de Copa Davis. No fueron rivales fáciles. En el 2006 lo venció Marat Safin en el quinto partido de la serie, al tiempo que Verdasco lo venció en Mar del Plata, a fines del 2008, en el cuarto juego.

Fuente: Emiliano Andreoli, El Territorio.

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