¿Será este el verdadero Crucero? Si es así, los simpatizantes de Santa Inés tienen motivos de sobra como para soñar con el ascenso.
Jugando su mejor partido del año, el Colectivero goleó ayer a Textil Mandiyú de Corrientes por 4 a 0 en el partido que abrió la cuarta y última ronda del torneo Argentino B y dio otro paso fundamental en su lucha hacia la clasificación, ya que se consolidó como líder de la zona 8 y ahora estiró la diferencia sobre Guaraní a tres puntos.
Con goles de José Luis Marzo, Derlis Soto y Dardo Romero, en dos oportunidades, el equipo de Dechat confirmó la enorme paternidad que tiene sobre el Algodonero y cambió la pálida imagen que había mostrado la semana anterior, en el agónico 1-1 ante Sol de América.
Por fin apareció
Por un lado, la contundencia; por otro, el juego que tanto pretende el técnico. Y eso que Crucero venía de una semana complicada, cuestionado y en deuda. Y encima, enfrente estaba el ascendente Mandiyú, que transitó invicto la tercera ronda incluso sin recibir goles.
Pero el Colectivero tiene esta doble cara. Se viste de camaleón. De una semana a otra cambia de punta a punta. Y ayer lo dejó en claro con un combo de varias de las cosas buenas que había hecho en la primera parte del torneo. Además de la contundencia, que no merece cuestionamientos, el equipo por momentos se floreó. Derlis Soto convirtió su primer gol con la camiseta de Crucero, Marzo volvió a mojar y, por si fuera poco, Dardo Romero hizo dos goles. Redondito.
Sabía Crucero que los números mano a mano con este rival lo favorecen enormemente. De 16 partidos el Colectivero logró su 10° triunfo, mantuvo su invicto en el Andrés Guacurarí y cosechó su tercera goleada en los últimos cuatro duelos en Misiones.
Pero una vez más quedó en claro que a Crucero se le facilita todo cuando el de enfrente propone, se arriesga y no firma el punto de antemano.
Y quizás a Mandiyú ese atrevimiento le costó muy caro. Porque el equipo de Jarque salió a cambiar golpe por golpe, no se metió atrás y dejó espacios, que el local fue aprovechando progresivamente.
Al Verde le costó tener control de pelota, pero cada vez que la recuperó salió disparado con Girón, Duré o Larrea.
Crucero comenzó a evidenciar su supremacía a partir de los 24′, cuando Marczuk, mano a mano con Ramírez tras asistencia de Marzo, mandó el balón a un costado del arquero. Segundos más tarde, Soto no llegó por milímetros a conectar un nuevo centro del paranaense y dejó escapar una nueva chance.
Y mientras Mandiyú llegó a través de varias pelotas paradas, todas sin mayores consecuencias para Gaona, Crucero aplicó el golpe en la tercera que tuvo.
Pei Brítez, movedizo como de costumbre, inició un ataque por derecha, asistió a Marczuk y éste intentó habilitar a Marzo, pero su pase dio en Benítez y le quedó servido al Loco, quien definió con gran categoría ante la salida de Ramírez.
Con el primer objetivo resuelto, todo quedó a pedir de boca.
Duré, mano a mano con Gaona, la tiró afuera sobre el cierre del primer tiempo y Mandiyú regaló una inmejorable chance.
Goles, fútbol y fiesta
La prodigiosa zurda de Dardo Romero, a los 2′, sacó más ventajas, y Derlis Soto, con un toque por arriba de Ramírez, a los 8′, sentenció definitivamente todo.
A partir de ahí aparecieron ciertos lujos, inteligencia colectiva y espacios importantes para herir fatalmente a un rival que, con todo en contra, siempre intentó jugar por abajo, con criterio aunque sin fineza en los últimos metros.
El enorme e incansable despliegue de Marczuk fue coronado a los 30′ cuando Ojeda no tuvo otra que bajar al obereño dentro del área tras otra contra mortal. Nuevamente Romero, esta vez de penal, amplió a cuatro la diferencia.
Pudieron haber sido más. También hubo tiempo para algún descuento. Pero Crucero retrocedió en el tiempo, recuperó aspectos perdidos y dejó una imagen convincente. El reto será mantenerla de cara a lo que viene.
Por Gustavo Hollman, periodista deportivo diario El Territorio.
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