Una película con final feliz, es la que terminó de “filmar” Crucero del Norte, tras lograr ayer en Puerto Madryn (Chubut), un nuevo ascenso fuera de casa, como ya lo hizo en las dos anteriores ocasiones. Luego de recorrer cerca de 2.600 kilómetros el conjunto de la tierra colorada derrotó 1 a 0 al local Guillermo Brown, merced al gol de Pablo Motta y así logró el ansiado ascenso a la B Nacional, en el partido revancha de la Promoción Argentino A/B Nacional.
Crucero del Norte demostró en el último partido y ante las cámaras de la Televisión Pública -para todo un país-, porqué fue el mejor equipo de la temporada del Argentino A. Terminó primero en su grupo en la fase regular, definió el Undecagonal final en la última fecha y pese a no perder, dejó pasar la primera chance del ascenso directo a la B Nacional a manos de Douglas Haig de Pergamino (Buenos Aires).
Pese a ello, no se derrumbó y fue en busca de la segunda chance por el camino más largo; y tras dejar una vez más en el camino a tres equipos de la categoría, en seis partidos sin derrotas, se las tuvo que ver frente a frente con un equipo de la B Nacional, al que le jugó de igual a igual en Posadas, pese a no poder quebrarlo. Y en su propio estadio logró lo impensado -y sin público que lo alentara-, al derrotar a Brown de Madryn y alcanzar el merecido pasaporte a la B Nacional.
Pero antes de los festejos, se jugaron los 90 minutos más importantes en la historia del joven equipo misionero. En Madryn, el local tomó la iniciativa y los 4’ y a los 10’ los hermanos Diego y Fabio Giménez probaron los reflejos de un seguro Julio Gaona, que en ambos tiros respondió con autoridad.
Tras el sofocón inicial todo fue de la visita. El Colectivero, comenzó a acercarse con peligro al arco defendido por el uruguayo Sebastián Pereyra. Primero a los 21’, Fernando “Cuqui” Márquez ensayó un defectuoso centro cuando lo ideal era un disparo al arco, tras quedar sólo frente al arquero en el área. Sobre los 30’, una vez más Márquez -uno de los puntos más altos de Crucero-, recibió un milimétrico pase de Dardo Romero -otro gran protagonista-, y el delantero disparó fuerte y recto, pero su disparo fue apenas desviado.
En los 15’ finales de la primera etapa, la visita continuó con el dominio, pero no pudo reflejarse en el arco de Pereyra y el telón del primer acto se bajó con el 0 a 0, que le daba la continuidad en el Nacional B a Guillermo Brown.
Un gol de otra categoría
En el complemento y con una jugada de “laboratorio” Crucero marcó la diferencia buscada. A los 5’, el Colectivero sacó corto un disparo desde el córner, Márquez encaró al área y le dio un preciso pase a Mosevich, éste disparó y Pereyra la sacó a medias. El rebote lo tomó Motta y de primera marcó el gol de Crucero para el merecido 1 a 0.
Tras el gol volvió al ataque Brown y a los 16’ Walter García probó una vez más los reflejos de Gaona con un tiro libre que el arquero con un “manotazo” lo sacó al córner.
Pero Crucero de contra pudo liquidarlo. En los pies de Márquez estuvo el 2 a 0, pero se fue apenas por arriba. Luego, el propio “Cuqui”, dejó en el camino a un par de rivales y Pereyra se lo tapó, al igual que a los 42, cuando Márquez recorrió varios metros y cara a cara con el uno local no pudo definir con comodidad. A esa altura el tiempo se extinguía y Brown era un manojo de nervios que iba al ataque. En tanto, Crucero se defendía fiel a su estilo ordenado y sin sobresaltos.
Pitazo final y alegría total
Así llegó el pitazo final del árbitro Silvio Trucco, para que se desatará la inmensa alegría de Crucero que con orden, juego, garra y corazón alcanzó el boleto que buscó a lo largo de la temporada: el ascenso a la B Nacional. Llantos, abrazos, gritos de festejos y mucha emoción para un puñado de jugadores y cuerpo técnico que vivió un sábado inolvidable en el sur argentino.
Fuente: Primera Edición.
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