Desde su desembarco en la Fórmula 1, el argentino Franco Colapinto revolucionó la máxima categoría del automovilismo mundial y ayer tuvo otra gran actuación en el Gran Premio de Estados Unidos, disputado en el autódromo de las Américas en Austin, Texas, donde avanzó desde el 15° puesto al 10°, para volver a sumar puntos para el campeonato de pilotos en su cuarta carrera. El carismático piloto de Williams, luego de la carrera, compartió varios minutos con sus fanáticos que hicieron miles de kilómetros para verlo en vivo. Uno de ellos fue el eldoradense Lucas Damián Chiomenti (27 años) quien viajó 20 horas para ver al piloto de Pilar y tuvo un gran premio: una foto selfi que sacó el propio Colapinto y la firma de la gorra.
“La verdad es que fue una locura todavía no caigo”, contó en charla con El Territorio Chiomenti.
Pero lo mejor para Chiomenti vino una vez que cayó la bandera a cuadros. Mientras en el podio había fiesta de los ‘tifossi’ por el 1-2 que hizo Ferrari con Charles Leclerc como el gran ganador, seguido de su compañero de equipo Carlos Sainz Jr, los argentinos coparon el box de Colapinto y empezaron a cantar por Franco desatando un nuevo capítulo de la ‘Francomanía’, como ya bautizaron los medios especializados a lo que sucede con el argentino en cada una de las carreras.
A los pocos minutos, el piloto, salió del box y se acercó a saludar a la gente y se contagió del calor y la locura de los argentinos. Como no se podía sacar fotos con todos, se subió a un alambrado para grabar un video, lo subió a sus redes y tuvo millones de visualizaciones.
Pero antes de eso, con quien si se sacó una foto en primer plano fue con el misionero Lucas Chiomenti quien con la ayuda de sus amigos se pudo subir al alambrado y pasarle su celular al piloto de Pilar, quien tomó el teléfono y sacó una selfi con el eldoradense en primer plano y el resto de la hinchada. “Lo de la foto fue una locura. Éramos un grupo grande de argentinos y me ayudaron a subirme al alambrado, y ahí fue cuando le paso mi celular y Franco saca la foto que subí a Instagram y después me firma la gorra, super buena onda, salió a saludarnos a todos, nos dedicó unos minutos que para nosotros fue algo único”, resaltó.
«Cuando subí la foto, explotó en las redes, una repercusión que ni yo me imagine», destacó el eldoradense.
El gesto de Colapinto con los hinchas no es habitual en la Fórmula 1 y por eso cada foto, cada gesto del argentino se viraliza en todo el mundo (hoy es el piloto de la Fórmula 1 más nombrado en las redes sociales a nivel mundial).
Después de lo vivido ayer la Francomania se apoderó de Chiomenti y sus amigos “estamos viendo si ir a Mexico (se corre el fin de semana), estamos viendo si conseguimos entradas, pero a Las Vegas, que es en noviembre, vamos a ir”.
Para cerrar, el misionero resaltó las cualidades de Colapinto “tiene un talento impresionante con un auto que no se destacaba del todo a comparación de los otros equipos, y él ya lo llevó al top ten. Además, es muy carismático, interactúa mucho con la gente, es muy genuino y auténtico, la verdad que nos representa muy bien”.
La Francomania seguirá el fin de semana en el Autódromo Hermanos Rodríguez en Ciudad de México, que será anfitrión de la 20ª fecha del calendario 2024 de la F1. Luego de eso, llegará el tan esperado fin de semana en Brasil: el Circuito de Interlagos, en San Pablo, cobijará también la carrera principal y la anteúltima Sprint del año (1 al 3 de noviembre), donde se espera un aluvión de argentinos y en especial de misionero que viajarán hasta la ciudad paulista para seguir al piloto argentino.
Con yerba bien misionera
Antes de la carrera de Austin, Texas, el argentino Franco Colapinto se mostró en los pits con yerba mate bien misionera. En una foto que divulgaron en las redes sociales del piloto, se pudo ver al piloto argentino con el termo en una mano y, en la otra, un paquete de la marca Natura, la yerba mate de la familia Urrutia de Oberá.
La familia Urrutia, como se sabe, es apasionada de los fierros y fanática de la Fórmula 1. Miguel “Quique” Urrutia, padre de la familia fue subcampeón de la Clase 2 del Turismo Nacional y es el piloto con más títulos a nivel provincial. Hoy su hijo Juan sigue sus pasos, corre en la Clase 3 del Misionero de Pista (definirá el título en Posadas con Juan Pablo Pastori) y también corrió a nivel nacional en el Turismo Pista y en el Turismo Nacional.
Quique ha sabido seguir la carrera de Carlos Reutemann cuando el santafesino brilló en la máxima categoría mundial.
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