Todavía faltaban largos nueve años para el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El pibe Emanuel Ginóbili había emigrado a Andino de La Rioja para debutar y sumar minutos en la Liga Nacional en aquella lejana temporada 1995/96. Una de las paradas fue Misiones.
El 12 de octubre de 1995, el joven de Bahía Blanca tuvo algunos minutos en el polideportivo El Zaimán y no logró anotar tantos para su equipo, que perdió 117 a 106 ante Luz y Fuerza por la primera fase de ese campeonato.
En ese torneo el conjunto riojano terminó tercero y Ginóbili ganó el premio Revelación de esa temporada. Toda una premonición para lo que vendría a partir de ahí para el escolta.
«Manu» pasó gran parte del partido en el banco de suplentes esa noche, a pocos metros de Rubén Magnano, entrenador de Luz y Fuerza.
El tiempo los puso cara a cara en la selección argentina y ambos fueron protagonistas de las grandes hazañas de la Generación Dorada.
Fuente: El Territorio.
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