Para el Jockey Club Posadas cada 25 de mayo tiene una significación muy especial, pues el antiguo hipódromo “General Manuel Belgrano” fue inaugurado oficialmente ese día pero de 1956 en un sector de Villa Lanús.
A ese lugar se accedía por la actual Andrés Guacurarí hasta llegar al predio ubicado en las cercanías del río Paraná. Y, para aumentar los festejos, un 25 de mayo pero en 1988 se inauguró el hipódromo actual.
En el antiguo “General Belgrano” se fue cimentando la historia del turf, ligado al Jockey Club Posadas. Fue porque en el lejano 1955 los dirigentes tejieron sus ilusiones y pudieron concretarlo un año después, en los terrenos donados entonces por Emilio Gottschalk, en los bajos de Villa Lanús.
La entonces flamante comisión directiva del Jockey Club Posadas, fundada el 23 de noviembre de 1955, presidida por Carlos Oria y secundado por Atilio Errecaborde, Mario Losada, Alfredo Piró, Oscar Casariego, Francisco Flores, Jerónimo Lenuza, Manuel Verón, Adolfo Zabala, Humberto Costa, Carlos Silveyra Márquez, Alberto Solari y Fernández de Oliveira, contó con la colaboración de otros en los comienzos del club. La construcción y preparación de la primera pista hípica fue un emotivo acontecimiento para los amantes del turf.
No menos importante fue el 25 de mayo de 1968, cuando llegó a Posadas Irineo Leguisamo –el ídolo máximo de las fustas en el país- para ponerle un broche de oro a los festejos programados en esa jornada.
Posteriormente se anegaría el sector del hipódromo de Villa Lanús y, previa indemnización de Yacyretá, fue asentado definitivamente en el lugar donde actualmente están sus modernas instalaciones de 87 hectáreas, con tribunas de cemento y comodidades en el Rincón de Itaembé Miní, camino hacia el Arco del límite con Corrientes.
Así se llegó al 25 de mayo de 1988. Héctor Bautista, presidente del Jockey y Víctor Marosek, de la comisión de carreras, fueron los encargados de organizar la flamante inauguración del nuevo hipódromo. Ese estreno fue con nueve carreras inolvidables, en la que se destacó la competencia principal, denominada Premio “Instituto Nacional de Actividades Hípicas”.
Fue en una distancia de 2.000 metros, que inauguró así la pista del nuevo circo de carreras, una de la más moderna del Litoral.
Leguisamo, una visita de lujo
El 25 de mayo de 1968 el hipódromo posadeño se vistió de gala. Allí los actos de festejos de la inauguración de la pista contaron con la presencia de Irineo Leguisamo, en lo que fue indudablemente un acontecimiento de notable envergadura. 
Además de los habituales amantes de la actividad burrera, en esa ocasión se sumaron funcionarios del gobierno provincial, políticos y todos aquellos que se sintieron atraídos por la carismática figura de quien acaparaba triunfos como “un pulpo”. Se trataba de un verdadero ídolo, que se destacaba en Palermo, San Isidro o La Plata.
Aquí en Posadas participó de la reunión hípica y de la cena de gala que se había organizado entonces en el Hotel de Turismo, uno de los edificios más importantes de entonces.
Gracias al festejo del aniversario de la inauguración del hipódromo, ese 25 de mayo de 1968 los misioneros también gritaron: ¡Leguisamo, solo…!
Cabe recordar que Irineo Leguisamo fue el máximo exponente de las fustas argentinas. El “botija” uruguayo debutó en Palermo el 15 de agosto de 1922, con tan solo 18 años. Corrió más de 12.700 carreras y ganó 3.200, entre ellas unos 500 clásicos. Se adjudicó 21 triunfo en las estadísticas, 14 consecutivas entre el ’23 y el ’36.
A los 70 años obtuvo su último triunfo y el 3 de diciembre de 1985, a los 81 años, dejó de existir para transformarse en leyenda. Ese “monstruo” de la fusta estuvo en Posadas para festejar la inauguración del hipódromo “General Belgrano”, en 1968. Sin duda, uno de los máximos acontecimientos del turf misionero.
Fuente: Julio López, Primera Edición.
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