De repartir harina a jugar al futsal en Racing Club

De repartir harina a jugar al futsal en Racing Club

Tres oportunidades únicas. Jugar el Regional Amateur de fútbol con un club posadeño, nacionalizarse paraguayo para disputar el Nacional de futsal en ese país o probar en el salonismo de Racing de Avellaneda.
Hombre de fe, Enzo Gabriel Zárate (23) dejó en manos de Dios los tres caminos. Y todo se acomodó: los horarios de entrenamiento para el Amateur coincidían con el trabajo, los papeles de la nacionalización se cayeron… y sólo lo de Racing se mantuvo en pie.

La decisión no fue fácil, pero Enzo decidió y sacó boleto para cumplir el sueño del pibe. Después de una prueba satisfactoria, Zárate firmó contrato con La Acadé, club de la Primera División del futsal FIFA argentino, con el que comenzará a entrenar el próximo lunes. “Ahora voy a poder dedicarme de lleno a lo que más me gusta”, el dijo a El Deportivo.

El jugador de futsal viaja hoy para establecerse en Buenos Aires y, tras renunciar a su trabajo y su vida en Posadas para ser un profesional del salonismo, habló con este Diario. Sueños, ilusiones, esperanzas. Qué es lo que se le viene en esta nueva etapa.

Enzo, antes que nada, ¿cómo fue que empezaste con el futsal?
Cuando tenía 16 años me fui a Buenos Aires para jugar al fútbol en Laferrere, porque allá tenía una tía. Estuve un año y volví. Y ahí un tío, Andrés “Pipa” Ávalos, me invitó a jugar en Mariscal Futsal. Ahí empecé a jugar. Antes de irme a Buenos Aires había jugado fútbol en Atlético Misiones. Cuando volví, en Brown y El Brete. Pero nunca antes futsal.

¿Cómo llegó la chance de Racing?
Hace un par de años pasé a jugar futsal en Huracán, en la modalidad FIFA. Después pasé a La Franja, ganamos la final local y clasificamos al Regional, que se jugó en julio pasado en el “Finito” Gehrmann. En un partido de ese torneo fue que “Nacho” Santos, coordinador de Racing, se acercó y me dijo que me estaba siguiendo. Y en la final, que perdimos, se me acerca, me pide el número y me dice que íbamos a estar en contacto. Yo nunca me imaginé todo esto y seguí mi vida como siempre, pensé que no me iban a llamar más… (se ríe).

Y llegó el llamado…
Richard Alonzo, mi técnico en La Franja, fue el que a principios de diciembre me avisó que se había comunicado “Nacho” Santos y que teníamos la posibilidad de ir a probar a Racing el 17 de diciembre, con Fabricio Salinas, uno de mis compañeros. Hicimos el sacrificio, yo pedí una semana de vacaciones en el trabajo y nos fuimos. Yo en ese entonces trabajaba en una distribuidora de harina y pescados… hombreaba bolsas (se ríe)… de paso entrenaba. Trabajé ahí cinco años.

¿Cómo fue la prueba?
Fue tremendo. Nos dieron un departamento pegado al Cilindro de Avellaneda. Y fue jugar todo el tiempo al futsal. Compartimos vestuario con los jugadores de Primera, algunos de Selección Argentina, como Agustín Plaza y Ferrer, el arquero. Por suerte, tanto yo como Fabri jugamos muy bien esa semana, pasa que a veces el club está buscando jugadores en una posición, y vos venís y encajás justo.

¿Y cuándo te enteraste que habías quedado en Racing?
Volvimos sin noticias. Yo seguí laburando como siempre, pensando en que no iba a pasar más nada. Y un día me vuelve a llamar Richard. Ellos allá nos habían dicho que, por código, por cualquier cosa se iban a comunicar con el técnico. Y ahí Richard me avisa que les había gustado y que había quedado. “Está para pensarlo, porque es una locura”, me dijo. Son pocos los jugadores que salen de acá, es difícil llegar desde Misiones. Eso habrá sido en los primeros días de enero. Fue mi regalo de Reyes Magos (se ríe).

¿Y cómo fue dar ese “ok”?
Me llamó el manager de Racing y llegamos a un acuerdo. Primero no caía. Siempre deposité toda mi confianza en Dios, sabía que, si estaba en sus planes, tenía que salir. Y es increíble cómo pasó todo.

En Posadas tenés tu laburo, tu familia, tu hijo… Seguro no fue una decisión sencilla…
Fue una decisión muy difícil. Muchos me decían “pero vas a perder el trabajo”. Y a todos yo les digo que quiero cumplir mi sueño. En el trabajo también me preguntaron si estaba seguro.

¿Cuándo arrancás en Racing?
Tengo que estar allá el 1 de febrero (hoy). El club me pagó el pasaje en avión. Y seguramente el lunes empezaré con las prácticas. Allá me van a dar casa, comida y todo eso, además de un sueldo. Me entusiasma saber que voy a ser profesional, algo que es muy difícil.

¿Cuál va a ser tu sueño ahora?
Mi objetivo va a ser entrenar y llegar lo más lejos posible en el campeonato con Racing. Y bueno, después, quién te dice… Estar en una preselección argentina sería algo único.

¿Cómo está Racing en futsal?
El equipo está en Primera y en el último campeonato llegó a semifinales, donde perdió con Boca. El actual campeón es San Lorenzo. Me voy a enfrentar contra esos clubes, Pinocho, Kimberley o 17 de Agosto. Es lo máximo en fútbol de salón a nivel nacional.

Trabajabas con varios jugadores de futsal… ¿qué te dijeron cuando se enteraron?
Estaban contentísimos. Me decían que me lo merecía por el esfuerzo. Mi rutina arrancaba a las 8 en el trabajo, salía a las 13, almorzaba rápido y me iba a entrenar de 14.30 a 16. Terminaba y me iba derecho al trabajo. Salía del laburo y ahí algunas veces tenía partido con La Franja o en Paraguay. Ahora me voy a poder dedicar de lleno a lo que más me gusta.

¿Ya te manguearon la pilcha de La Acadé?
Sí (se ríe), antes de que me vaya ya me dejaron casi desnudo. Vamos a tratar de cumplir. No quiero dejar de agradecer a ellos, a Sandro Antiveros (Campeón del mundo de futsal AMF), a “Pipa”, a Marcelo Stanganelli, mi expatrón. Todos ellos muchas veces me hicieron el aguante con el horario. Y sobre todo a Florencia, mi señora, cuyo apoyo es fundamental. Y agradecer a Dios, que hizo posible que este sueño se haga realidad.

Fuente: Primera Edición.

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