Luego de 20 años de dedicación al fisicoculturismo y fitness, la misionera Sandra De Olivera finalmente se convirtió en la única argentina profesional, y apunta a alcanzar la mejor competencia a nivel internacional de la disciplina.
Comenzó con la actividad en la adolescencia y, después de tantos años de esfuerzo y dedicación, consiguió ser reconocida internacionalmente. Ahora aspira alcanzar “el sueño de todo culturista”: llegar al Mr. Olimpia.
El camino para cumplirlo es posible, y su rendimiento en las competencias que tendrá en el 2023 serán fundamentales. Las más importantes serán Colombia en junio, y Brasil en octubre.
Como parte de su preparación y para visitar a sus afectos, regresó a la tierra colorada donde se puso a las órdenes de Miguel Seró, uno de sus principales impulsores.
En una charla con El Deportivo, Sandra habló de varios temas, como la decisión de irse en busca de más oportunidades, su regreso a Misiones, el camino que tuvo que recorrer y sus sueños pendientes.
Sandra… después de un largo tiempo y un año con mucha actividad, volviste a Misiones…
Sí, volví para visitar a mi mamá, familia y amigos como Miguel Seró. Fue un año intenso, cargado de actividad. A fines del año pasado gané el Mister Olimpia y entonces fue prepararme todo el año para el profesional. Para esta competencia voy viendo los puntos débiles que tengo y preparándome en ello.
¿Qué te genera volver a la provincia?
Una alegría tremenda. Aparte de volver a ver a Miguel Seró, quien fue el que me enseñó todo. Cosas que las tengo presente hasta el día de hoy, las llevo en mi vida cotidiana y las traslado a mis alumnos.
¿Por qué la decisión de salir de la provincia?
Me fui a Buenos Aires para ver si consigo mejor sponsor y mejor trabajo, porque todas las competencias que tengo son afuera (Miami, España, Colombia, Brasil) y son gastos bastantes grandes. Por ejemplo: una bikini que ocupo está alrededor de los 80 mil pesos. Entonces, hay que prepararse en otro nivel.
Hiciste un gran esfuerzo para llegar donde estás…
Sí, comencé de a poco. Fui aportando mi granito de arena en esta disciplina. Ya llevo 20 años preparándome y estoy muy feliz de llegar a la meta, que es haberme convertido en profesional. Ahora si gano alguno de estos eventos fuera del país, voy directo al Mr. Olimpia profesional. Es el tope de la disciplina si hablamos de nivel; el sueño de todo culturista.
¿Cómo es el camino para convertirse en fisicoculturista?
Lo principal es empezar a entrenar y ver tu tipo de cuerpo. Ahí ves en qué categoría podés entrar, porque todos tienen un cuerpo diferente. En mi caso, yo jamás podré competir en una categoría bikini porque mi estructura física no da para eso. Después podés subir de nivel si ganás masa muscular. Yo era de otra categoría y nivel. Con el tiempo fui creciendo hasta llegar a esta categoría que se llama Women Physique.
¿Sos la única compitiendo a nivel internacional?
En mi categoría sí, a nivel profesional. En realidad, hay otras, pero son pocas. En Buenos Aires consideran que soy la única que puede llegar a Ohio o Las Vegas.
Hablaste de puntos débiles, ¿cuáles serían?
Llega un punto en que tenés que empezar a esculpir el cuerpo. Tenemos parámetros para las categorías. Mi punto débil sería la espalda: saber posarla. No sólo tenés que tener el físico, sino también hay que saber mostrarlo. Tengo que mejorar, espalda, hombro y estar bien de piernas.
¿Qué se le puede aconsejar al que recién empieza?
Que tengan paciencia porque esto no es de un día para el otro. Se pueden generar cambios extremos, pero no tienen un buen resultado. Todo tiene que ser progresivo y generar un hábito.
Fuente: Primera Edición.
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