Con o sin Agustín Rossi, en Boca parece haber llegado el momento de Sergio Romero. Sí, lo que no fue en agosto del año pasado, cuando «Chiquito» llegó pero no estaba para salir a la cancha, todo indica que se dará ahora. Con un agregado: el nuevo dueño del arco xeneize se probaría ya mismo, en los amistosos que el equipo de Ibarra disputará en San Juan, lo que sería sin dudas un atractivo extra, especial.
El conflicto por la situación contractual de Rossi fue lo que le abrió la puerta a Romero para llegar al club y ahora, con Agustín cerca de irse, le permitiría al misionero salir a la cancha de una vez por todas.
Y demostrar, fundamentalmente, cómo está. Las dudas son varias y muchas porque el ex arquero de la Selección Argentina no ataja desde el 6 de marzo del año pasado (es decir, el viernes cumplirá diez meses sin partidos) y porque en septiembre volvió a realizarse una artroscopia en la rodilla derecha, de la cual ya está recuperado, pero que probarla en la alta competencia será todo un desafío.
Pues bien, lo que parece claro esta vez es que Boca no puede seguir estirando la situación de Rossi. El arquero es buscado por Flamengo, cuya dirigencia llegará en estas horas al país para ver si se lo puede llevar ya mismo acordando con el Consejo una especie de resarcimiento.
Pero si esa gestión no tuviera éxito y Agustín se quedará a cumplir su contrato hasta junio, el club necesita esta vez darle continuidad a quienes van a ser parte del club durante todo el año. Y esos nombres son Romero y Javi García, quien seguirá siendo el arquero back-up, listo para cuando la necesidad lo requiera.
Lo concreto es que si «Chiquito» no saltó antes a la cancha fue, justamente, porque no pudo. En gran parte, por los inconvenientes que tuvo en la rodilla que se había operado en marzo del 2022 y, al mismo tiempo, porque el nivel de Rossi siguió siendo superlativo. Las idas y vueltas por su no renovación no afectaron el rendimiento de Agustín ni tampoco dañaron su relación con la gente, que se hizo más fuerte que nunca.
En ese marco, el debut de Romero se fue postergando y postergando. En algún momento se habló de la Copa Argentina como un escenario para que pudiera empezar a sumar minutos, casi en paralelo, pero evidentemente no estaba ni siquiera en condiciones de dar ese paso. La ficha saltó, entonces, en septiembre. Justo en la previa al choque con Quilmes, por ese torneo, otra vez la rodilla lo paró.
A partir de ahí, comenzó otra recuperación y, sobre todo, debió enfrentar nuevamente los prejuicios sobre si situación física. Por entonces, muchos dudaron de que finalmente pudiera ponerse el buzo de Boca, algo que ahora sí parece estar más cerca que nunca de conseguir.
Fuente: MOL.
Comentarios recientes