La lucha tendrá dos cartas misioneras vistiendo los colores albicelestes en territorio trasandino. Tanto Ricardo Báez como Mauricio Lovera vivirán una experiencia única con dos objetivos distintos pero que en definitiva transitan por las mismas sensaciones de satisfacción en la previa.
Báez, de 27 años, acudirá a su tercera experiencia panamericana después de las vividas en Toronto y Lima. El posadeño lo hará en la modalidad libre hasta 97 kilogramos después de culminar una preparación única.
“Estoy muy enfocado en los entrenamientos. Arranqué la preparación a mediados de julio en Polonia y luego poco más de dos semanas en Rumania. Fueron 45 días muy positivos a pesar de que pasé por varias lesiones -tuvo dos-. Me adapté a los entrenamientos y lo aproveché”, dijo en el inicio la charla.
“La última parte la hice en Posadas junto con Erik León -entrenador cubano a cargo de los seleccionados argentinos- y me vino bien para estar con la familia, recargar energías. Finalmente la puesta a punto con la Selección la estamos llevando adelante en el Cenard”, agregó.
Báez ya cuenta con un recorrido importante en la disciplina siendo un referente de la región, es por eso que las expectativas siempre serán ambiciosas.
“Me siento preparado física y mentalmente. Si bien trato de disfrutar el día a día, mi cabeza todavía no está en los Juegos porque sé que la medalla se construye en el día a día, cada entrenamiento cuenta. Estoy tranquilo, seguro de mí mismo”, remarcó para luego sí dejar a relucir su objetivo: “Quiero subirme al podio, la presea de oro es el anhelo pero quiero dejar la bandera de Misiones en lo más alto posible. Detrás de esta provincia hay familia, amigos, gente que me apoya y mucho sacrificio”.
“Será mi tercer Juego Panamericano. Estoy orgulloso de este logro porque habla mucho de la pasión que tengo por el deporte y ojalá que no sea el último de mi carrera. Que sea uno más para después intentar llegar a los Juegos Olímpicos”, se aventuró Ricardo, quien competirá el 1 de noviembre.
Estreno para la joya
En contrapartida se encuentra el juvenil Mauricio Lovera, de 22 años, quien tendrá su primera experiencia panamericana compitiendo en la modalidad libre grecorromana hasta 67 kilogramos.
Mauri, uno de los grandes pupilos de Adrián Báez, estuvo hace muy pocos días en Colombia viviendo un campamento que sin dudas dejará huella. “Compartí una experiencia única en la previa. Físicamente me siento bien y mentalmente lo estoy trabajando; voy a compartir categoría con gente que ya tiene experiencia en este tipo de eventos”, se entusiasmó. “Estar entre los mejores diez de América es un avance enorme porque representa años de trabajo. Es un logro difícil de conseguir y hacer el cambio a greco me hizo feliz”, describió.
“Tengo fe que llegue bien con el día a día, sin lesiones. Estuve en Colombia entrenando con mundialistas. Me sorprendió la humildad de ellos y sus consejos al decirme que no me tengo que estresar, que soy muy chico y que mi momento ya va a llegar”, agregó. Y respecto a las expectativas el posadeño sabe que todavía queda mucho por aprender, por lo que sus palabras fueron más que sinceras: “Vamos por la medalla de bronce. Hay dos luchadores que están por encima y lograr el tercer puesto sería algo único. No me creo menos que ellos pero me falta camino para ser campeón panamericano”.
Por último Lovera dejó un mensaje para los lectores: “Tuve altas y bajas en esta trayectoria. Si uno insiste lo logra pero hay que invertir el tiempo”.
Mauricio iniciará su periplo en Chile exactamente el 4 de noviembre.
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