“Chita” Ramos y una vida de película junto al fútbol

“Chita” Ramos y una vida de película junto al fútbolSon pocos los jugadores misioneros que lograron lo que logró a lo largo de su carrera el delantero Luis Alberto “Chita” Ramos (57). Quizás por su perfil bajo y su carácter modesto, la historia del player surgido en La Picada es poco conocida entre las nuevas generaciones de la tierra colorada que aman la redonda.
Goleador histórico de Mandiyú en Primera División y autor de un recordado doblete ante River Plate en Corrientes, “Chita” es protagonista de una historia de película. No solo le hizo goles al Millo, si no también a Boca Juniors en La Bombonera, a Independiente, San Lorenzo, Vélez Sarsfield, Rosario Central y otros tantos grandes del fútbol nacional.

El atacante posadeño atesora en su memoria todos esos gritos de gol -en total, solo en Primera, fueron 45- y también el halago que recibió de gigantes como Diego Armando Maradona o Ricardo Bochini, al que tuvo el privilegio de enfrentar en la cancha.

“El fútbol fue para mí un sueño hecho realidad”, resume Ramos sobre una verdadera vida de película junto a la pelota, que compartió ante El Deportivo en una entrevista imperdible, sobre todo, para los amantes de la redonda.

“Chita” Ramos y una vida de película junto al fútbol
PURA HISTORIA. “Chita”, abajo, en el centro, y Mandiyú en La Bombonera.
Luis… ¿cómo arrancás con la pelota?

Mirá, yo tenía 10 u 11 años y me iba a lo de la almacenera de mi barrio, la chacra 104 de Posadas, una señora que me quería mucho. Ella siempre me preguntaba qué iba a hacer de grande. “Yo voy a jugar a la pelota”, le decía ya a esa edad, así que imagínate. Y arranqué jugando en el barrio, en la excancha de La Picada, ahí por López y Planes casi Jauretche. Y como también entrenaba ahí el equipo, una tarde recuerdo que Arístides Barquinero me vio y me invitó a jugar. Tenía 16 o 17 años.

¿Y cómo te hiciste atacante?

En La Picada, arranqué jugando de ocho, hasta que vino de entrenador “Papi” González y me hizo jugar de delantero. Era un equipazo, el arquero era Emilio Alegre, estaban Barquinero, “Papi” Ferreira, “Moncho” Brítez, “Chumpi” Benítez. El presidente era “Pocho” Giménez. Jugué una temporada en La Picada y de ahí me fui a Buenos Aires detrás del sueño de ayudar a mi familia con el fútbol, pero tuve que volverme para hacer el servicio militar, así que regresé a La Picada. Después pasé a Exa 185 de Oberá y luego a Unión de Santa Fe, donde no llegué a jugar en Primera pero compartía la Reserva con el “Huevo” Toresani, el “Beto” Acosta, el “Flaco” Passet, el “Negro” Altamirano… Era el Unión del “Turco” Alí, allá por 1983.

¿Y cómo llegás a Mandiyú?

Como Unión no me compró, volví a Posadas y ahí el presi de La Picada me dice para ir a Corrientes. Me fui a probar en Mandiyú y quedé. Por ese entonces, el equipo estaba jugando la Liga Correntina.

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“Le ganamos a Independiente 3-0 y cuando terminó el partido, le paso la mano a Bochini y me dice ‘muy bien pibe, seguí jugando así’”.
¿Y cómo se da el salto a la Primera del fútbol argentino?

Fue aquella vez en que todos los campeones del interior ascendían directamente a la B Nacional. Le pasó a Mandiyú, pero también a Guaraní, Chaco For Ever. Recuerdo que salimos campeones locales invictos en Corrientes, yo en 11 partidos hice 18 goles. Y ahí, derecho a la B Nacional. Estuvimos creo que tres años y logramos el ascenso a Primera contra Quilmes, en la última fecha. Fue una locura y yo, si bien estaba en el banco, terminé saliendo en la tapa de la revista El Gráfico mientras dábamos la vuelta olímpica (se ríe).

Un sueño hecho realidad…

Y encima el debut en Primera fue en Resistencia, ante Chaco For Ever, que fui titular e hice un gol.

Esos dos goles a River en Corrientes fueron históricos… ¿qué te acordás de ese día?

(N. de R: el 16 de septiembre de 1990, por el Torneo Apertura, Mandiyú dio el batacazo en Corrientes ante River y se impuso por 2-1, con dos goles de Ramos) En River atajaba el “Gato” Miguel, atrás jugaban Basualdo, el “Pipa” Higuaín, Serrizuela, también estaban el “Negro” Enríquez, Astrada, Berti, un equipazo. Yo soy hincha de River, así que era un partido especial, más allá de que en ese entonces me interesaba solo mi equipo.

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Ramos y el disparo ante Racing, en Corrientes.
¿Recordás los goles?

Sí, sí, no me los olvido más. Sale un pelotazo del “Vasco” Olarticoechea, el paraguayo Félix Torres desborda y tira el centro, yo anticipo y la empujo. Fue una locura. Antes del partido, un hincha me dijo “hoy vas a hacer dos goles”, así que me fui a festejar ese primero al alambrado…

¿Y el segundo?

Ese gol yo digo que, por la jugada y por el rival, fue el mejor de mi carrera. Arranqué desde mitad de cancha con pelota dominada, voy “brazeando” con Serrizuela, después Basualdo e Higuaín salen a cortarme y ahí yo veo que Miguel ya se preparaba para achicarme, así que se la piqué por arriba. Y después fue una locura, ese triunfo se festejó en Corrientes durante toda la semana.

¿Le hiciste goles a Boca?

Sí, en Corrientes y en La Bombonera. Boca tenía un equipazo, estaban Giunta, Villarreal, Márcico, el “Mono” Navarro Montoya. Si no recuerdo mal, ese día en La Bombonera perdimos 3-2, pero pude hacerle un gol al “Mono”… el salía a achicar siempre agazapado abajo, así que se la piqué y entró… Pude hacerle goles a casi todos, a Independiente, Vélez, Talleres, San Lorenzo… al único que no le pude hacer fue a Belgrano de Córdoba.

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1. El ascenso de Mandiyú y Luis Ramos en la tapa de El Gráfico. 2. Otro sueño del pibe cumplido: el álbum y la figurita del misionero.
¿Le hiciste un gol a Chilavert?

(Se ríe) Sí, sí, él estaba en Vélez Sarsfield… Viene un centro de Guido Alvarenga y pude empujarla. Terminamos 1-1. En ese partido también jugó para Vélez el “Tigre” Gareca, que después fue mi técnico en San Martín de Tucumán.

¿Qué anécdota es la que más recordás en Primera?

Hay varias, pero una que siempre tengo presente es cuando le ganamos a Independiente en Corrientes por 3-0. Yo hice el primer gol, el segundo lo hizo Blanchard, que también es misionero. Le ganamos al equipazo de Giusti, Bochini, Bogado, Pereyra, Rubén Insúa y la “Vieja” Reynoso. Y cuando terminó el partido, recuerdo que le paso la mano a Bochini y me dice “muy bien pibe, seguí jugando así”… Eso me quedó grabado para siempre, es un recuerdo muy lindo.

¿Qué jugador te sorprendió dentro de la cancha?

A mí me gustaba mucho David Bisconti, que jugaba en Rosario Central. Tenía muy claro lo que tenía que hacer, jugaba de diez, al estilo de Riquelme. Yo lo veía jugando enfrente mío y era una locura. Otro era el “Chino” Tapia, que después también jugó en Mandiyú. Tenía una claridad para jugar. Y Bochini… era una cosa de locos, no sé cómo hacía, con la forma en que corría, pero hacía lo que quería con la pelota. Esa tarde en Corrientes… tenía una frialdad, una tranquilidad, siempre concentrado…

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¿Cuál fue la patada más dura que recibiste?

La más dura fue una de Ariel Cuffaro Russo, contra Rosario Central. Después compartimos equipo en Argentinos, se lo hice acordar… “Negro, cómo me cagaste a patadas ese día”… y se mataba de risa.

¿Es cierto que uno de tus goles sacó campeón a River?

(Se ríe) Y bueno, fue justamente en ese partido contra Central en Rosario, que ganamos por 1-0 con un gol mío y, con esa victoria y la derrota de Central, River gana y sale campeón una fecha antes, creo que en el 92 o 93. Después me contaron que la hinchada de River estaba escuchando la radio en la cancha y gritó mi gol. Como hincha de River, me siento un poco artífice de ese campeonato (se ríe).

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3. El posadeño convirtió 10 goles en Independiente Santa Fe de Bogotá.4. La pirueta de “Chita” ante Vélez y la patada karateca de Oscar Ruggeri.
¿Cuántos goles hiciste con Mandiyú en Primera?

Terminé siendo el máximo goleador de Mandiyú en Primera, hice más de 40 seguro. Estuve casi seis años con Mandiyú, aunque en algunas etapas no tuve constancia. De todas maneras, ser el goleador histórico del club es algo que me da mucho orgullo.

¿Lo tuviste a Maradona como DT en Mandiyú?

Diego llegó a Mandiyú en 1994 pero ya antes me habían vendido a Independiente Santa Fe de Colombia. No obstante, después tuve la suerte de conocerlo a Maradona cuando volví a la Argentina de vacaciones… Mandiyú justo jugaba en Buenos Aires ante Banfield y fui a visitar a los muchachos. Es otra anécdota inolvidable… Entré, los iba saludando a todos y Diego estaba de corbata. Entonces viene el kinesiólogo, que era mi compadre y le dice “Diego, él es Luis”… Diego se me acerca y me dice “¿Qué hacés, fiera? Volvé, papá, nos hace falta gol”… Yo atiné a decirle que él era un grande… se sonrió, me dio un golpecito en la cabeza y se fue. Los chicos después me contaron muchas cosas lindas de Diego, como que los viernes terminaban de entrenar y decía “nadie se va de acá”, y armaban un asado con todo el plantel… en los entrenamientos se ponía a jugar con ellos…

“Chita” Ramos y una vida de película junto al fútbol
“Diego se me acerca y me dice ‘¿Qué hacés, fiera? Volvé, papá, que nos hace falta gol’. Yo atiné a decirle que era un grande… se sonrió, me dio un golpecito y se fue”.
¿Cómo fue esa etapa en Colombia?

Allá lo tuve de técnico a Roberto Perfumo, otra leyenda. Y me llevaron porque lo habían vendido al “Tren” Valencia al Bayern Munich. Arranqué mal porque en el primer partido, ante América de Cali, me desgarré y estuve un mes y medio parado. No me fue tan bien como hubiese querido, pero pude hacer varios goles, aunque al año me tuve que volver…

¿Qué pasó?

Fue en el clásico de Bogotá contra Millonarios. Ellos venían primeros y nosotros, desde atrás, pero hice tres goles y les ganamos 4-1. A la noche estaba en el departamento con mi familia y escuchamos unos ruidos… Cuando fuimos a ver, eran tres impactos de bala en el vidrio que atravesaron toda la sala y pegaron en la pared. Eran las 11 o 12 de la noche. Vino la Policía, se armó todo un quilombo y yo le dije al gerente del club que me quería volver. Ahí me cambiaron de casa, pero estuve hasta el final del torneo y después me vine a Argentinos Juniors, donde lo tuve como DT al “Chiche” Sosa, que también me había dirigido en Mandiyú.

¿Cómo siguió tu carrera?

De Argentinos pasé a Platense, después a San Martín de Tucumán, luego volví a Colombia otro año, después estaba la intención de quedarme en Huracán de Corrientes, pero terminé yendo a San Martín de Mendoza… y ahí me retiré.

¿Qué hacés en la actualidad?

Trabajo con el transporte de pasajeros y además, con Gabriel “Nito” Pintos, estamos preparando chicos para llevarlos afuera. Eso conlleva tiempo, paciencia, pero quiero transmitirles a ellos mi experiencia, todo lo que pasé en el fútbol.

¿Te recuerdan cuando volvés a Corrientes?

Sí, sí, la gente se acuerda y me hacen sentir mucho cariño cuando voy. Siempre dije que algún día me gustaría dirigir a Mandiyú. O incluso me gustaría dirigir acá, es un sueño que también persigo desde hace un tiempo.

¿Qué es el fútbol para vos?

El fútbol es el deporte más hermoso del mundo… y en lo personal, te puedo decir que el fútbol fue para mí un sueño hecho realidad.

Fuente: Primera Edición.

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