Mucho se habló en la previa de la designación de una terna posadeña para el clásico luego de casi cuatro años. Cuatro años de negativas y recusaciones de ambos clubes de ser arbitrados por jueces misioneros, para evitar suspicacias. Pero esta vez tuvieron su chance y no la desaprovecharon, principalmente el juez principal Alberto Flores, quien mostró autoridad, personalidad y decisión en momentos clave.
Su gran mérito, para que nunca se le vaya el partido de las manos, fue castigar de entrada, y en las jugadas clave: Así no se equivocó en la expulsión de Marcelo Morales por el codazo a Dardo Romero a los 30 minutos, y tampoco seis más tarde, cuando Gabriel Mosevich –quien venía siendo figura del match- llegó tarde y a destiempo y le entró con plancha al tobillo del Chino Ramírez.
Después hubo algunas jugadas que en la cancha parecieron polémicas, pero la TV también le dieron la derecha, como el desborde de Mosevich –estaba habilitado- para el 1-0 y la acción del segundo, donde no hubo carga sobre el arquero Gonzalo Poncio, quien se equivocó ante Matto y le dejó servida la pelota al cuatro Colectivero para que la empuje al gol.
PARA OBJETARLE
Todo Guaraní se le fue encima en el final porque terminó el partido cortando un avance, en media cancha, quizá con chance de gol para la Franja.
Iban 47.40 minutos y bien pudo haber jugado hasta el minuto 48 ó 49, pero es un tema de interpretación. Otros le objetaron el hecho de que no marcara los minutos de adición, pero esa no es una obligación del juez, ya que lo ampara el reglamento.
Eso sí, en un par de ocasiones, le perdonó la vida a jugadores de Guaraní: a Capelletti por agredir a Cabrera, tras la expulsión de Morales y al mismo Tobías Albarracín, quien lo pechó de mala manera al final del juego.
LOS ASISTENTES
Gastón Ramírez, joven promesa del arbitraje misionero, cumplió una buena actuación. Levantó la bandera cuando correspondía y estuvo atento en los foules.
Quizá quedó la duda de un par de off side a Guaraní que cobró el otro línea, Edilio Castillo en el segundo tiempo, en jugadas que estaban al límite.
Pero en líneas generales los tres cumplieron y demostraron que están a la altura de un espectáculo de primer nivel, más allá de lo que siempre pensaron los dirigentes de ambos clubes y también el presidente de la Liga Posadeña, Luis María Valdovinos, quien, en vez de defenderlos, muchas veces hasta les bajó el pulgar.
Esperemos que a partir de ahora cambie.
Fuente: Tendencia Deportiva.
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