Cuando se dedicó a jugar, el equipo de Pedro Dechat fue claramente superior a Guaraní. Si no goleó en el primer tiempo fue porque le hizo precio a un rival muy tibio. Cuando llegó el descuento, el local mostró personalidad para salir a buscar otro tanto que fue determinante para el desenlace que otra vez encontró a un Crucero ganador del clásico y van…
El clásico misionero otra vez tuvo festejo colectivero. Cuando se jugó al fútbol en los casi 93 minutos que duró el partido de la segunda fecha del cuadrangular semifinal entre Crucero y Guaraní, el equipo de Pedro Dechat fue una tromba. En los primeros 45 minutos sacó dos goles de diferencia en una verdadera exhibición de toques, lujos, pressing y goles.
En ese tramo el local le hizo precio a la Franja, porque Derlis Soto no quiso ser egoísta cuando encaró mano a mano y optó por el centro antes del remate al gol; porque el travesaño le negó el grito al Loco Marzo en el mano a mano con Poncio y porque Dardo Romero, en una gran acción por izquierda, le pegó de derecha abajo y pasó rozando el palo.
Antes Guaraní salió con intenciones de dominar las acciones, con la circulación de Enrique y el despliegue de Bianchini, pero cuando la distribución venía por los costados, Brítez se lo comió al Chino Ramírez y Lucas López García sólo le vio el número a Cabrera en todas las jugadas. Por las bandas estuvo la clave, donde el equipo de Pedro Dechat impuso respeto y jerarquía. Carácter para disputar cada pelota como si fuera la última y mucho juego cuando el Negro Pey se juntaba con Soto y Mosevich para una triangulación que dio muy buenos resultados y que terminó con un centro para la llegada franca de Cabrera, quien hizo un rodeo para dominar la pelota, pero después batió sin problemas a Ponzio.
La primera conquista llegó a los 6 minutos con un Crucero muy concentrado y apoyado en la gran figura de la cancha, el volante Germán Gamarra, quien jugó su mejor partido desde que llegó a Crucero. Corrió, metió, cortó, recuperó, jugó y dibujó con la pelota. Fue el patrón del medio. Se complementó siempre con Marczuk y generó una gran maniobra individual en el segundo tiempo que por muy poco no fue gol de Marzo.
A los 17 minutos de la primera parte, cuando la gente se lamentaba por un gol fallado por Derlis Soto, la jugada continuó y el posterior córner fue aprovechado pro Mosevich, quien capturó una mala salida del arquero Poncio y con un remate suave, con todo el arco a disposición, puso el 2-0.
Con dos goles de ventaja en 20 minutos, Crucero manejaba las acciones psicológicas del juego. En Guaraní todo era pelotazos y mañas para genera foules que le dieran algún centro para Morales o Albarracín cuando subía, pero la última línea estuvo implacable por arriba y cada contra, producto del pressing que imponía Crucero en todo su campo, desnudaba el desbalance táctico que tenía el equipo de Telmo Gómez. Quizás por eso el nerviosismo comenzó a apoderarse de los visitantes y al primero que le saltó la térmica fue a Marcelo Morales, quien metió un codazo descalificador que no le dejó margen al juez Flores quien le exhibió rápidamente la tarjeta roja a los 30 minutos. En el tumulto, Cappelletti agredió a Cabrera de Crucero del Norte, pero no fue sancionado.
Flores mostró correctamente la tarjeta roja, ante las reiteradas protestas de los jugadores de Guaraní que se quejaron durante todo el juego hasta que seis minutos después llegó la compensación. Mosevich fue a trabar fuerte una pelota abajo con Ramírez y el árbitro rápidamente le sacó la roja directa, cuando ni siquiera estaba amonestado. Y en el 10 contra diez, el que perdió más fue Crucero, porque el correntino es importante en las dos áreas y estaba intratable con la pelota por su andarivel.
Empujando
En la segunda parte, el técnico de Guaraní mandó a la cancha a Portillo por un descontrolado Cappelletti que zafó de la expulsión en varias jugadas. El criterioso volante se ubicó por la derecha y López García se adelantó unos metros para asociarse con Bianchini para que Torres tuviera más compañía arriba, tras la expulsión de Morales. Crucero en tanto, tuvo que hacer retroceder al Negro Brítez para que jugara como un cuatro mentiroso, tratando de frenar a Ramírez y todos los que se venían por izquierda.
Parado decididamente de contragolpe, Crucero le cedió parte del terreno a Guaraní que con la pelota buscaba los espacios para acercarse a Gaona, pero el único que pudo destrabar el cerrojo defensivo fue Nicolás Bianchini, quien a los 22 minutos entró gambeteando rivales por izquierda, se metió en el área, ningún jugador de Crucero salió a cruzarlo para evitar el penal y cuando enfrentó a Gaona, la tiró suave al segundo palo, rebotó en el poste y se metió la pelota cuando arremetía Torres para empujarla.
Con el 2-1, sobrevolaron los fantasmas del partido anterior, cuando todo era de Crucero y Guaraní, viniendo desde atrás, lo empató en el final. No quiso sorpresas Dechat. Un desgastado Brítez que incluso estuvo en duda para este partido, salió para dejarle su lugar al Gato Rodríguez. Allí Crucero renunció a las proyecciones por derecha, pero ganó marca en ese sector. Pero basto que a Crucero le mojaran la oreja para que reaccionara. Salió del fondo, se adelantó mucho Dardo Romero por su costado, Derlis Soto siempre la recibía sólo, Marzo aguantaba todo lo que le tiraban y el tándem Marczuk-Gamarra otra vez saltó con todo a escena. Hasta que a los 32 minutos, cuando el público local se lamentaba por otra chance dilapidada en ataque por los de arriba, la pelota quedó boyando en el área y el Polaco Marczuk, a la carrera, remató cruzado y venció por tercera vez a Poncio anotando su primer gol oficial con la camiseta de Crucero.
Faltaban 13 minutos, Crucero ganaba 3-1 y la fiesta amagaba con arrancar en Santa Inés, pero el clásico más emotivo de la historia tenía reservado un capítulo más, porque a los 37 minutos de la segunda parte. Morinigo ganó de cabeza tras una habilitación de Bianchini y Torres apareció sólo para conectar un cabezazo cruzado que pegó en el palo y superó a Gaona.
Dramático 3-2, Guaraní tenía la pelota, Crucero se defendía, Marczuk, Gamarra y Fernández que ya estaba en cancha presionaba y en un par de contragolpes el joven paraguayo tuvo el golpe de gracia, pero falló en la definición. Ya era una clara muestra de que Crucero no iba a cometer el mismo error del partido anterior. Los franjeados no llegaron más, Matto, Medrano, Rodríguez y Dardo sacaron todos y el resto del equipo se contagió con entrega. Por eso ganó una vez más Crucero, porque cuando tuvo la pelota fue implacable y si terminó sufriendo fue porque no tuvo la contundencia del juego anterior en Tucumán. Pero cuando perdió la pelota, siempre estuvo muy concentrado el equipo para recuperar y ordenarse enseguida para no dejar huecos en el fondo. En las únicas dos desconcentraciones, Guaraní descontó pero en el global el equipo de Pedro Dechat fue claramente superior, hizo tres goles, siempre lo fue a buscar y merecidamente se quedó con otros tres puntos vitales en la lucha por conseguir el único boleto disponible en este cuadrangular para llegar a la final.
Fuente: clubcrucerodelnorte.com.ar
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