«Me quedo con el que defendía a los más débiles»

"Me quedo con el Diego que defendía a los más débiles"

Ídolo. Compañero. Capitán. Líder. Crack. Auténtico. Contradictorio. La lista para definir a Diego Maradona es y será infinita. Genera nada y todo al mismo tiempo. Pero quienes lo conocieron, quienes compartieron un equipo, un vestuario, una charla, recalcan, sobre todas las cosas, su posición ante los poderosos.
Cada vez que el 10 se tuvo que enfrentar a los dueños de algo lo hizo de desde el lugar del que menos tenía. Eso le valió muchas derrotas, muchas críticas y varios pases de factura a lo largo de su vida. Eran sus ideales y los defendió a su manera.
A Sergio Castillo lo tocó muy de cerca esa faceta de Maradona. La del compañero comprometido con el resto. La del capitán defensor de los derechos de los jugadores y la del futbolista que se enfrentó a los dirigentes.
“Me quedo con la imagen del Diego que defendía a los más débiles, a los más necesitados. Defendió a los más necesitados, a los jóvenes, a los que no tenían contrato, siempre a los que más necesitaban”, comentó el misionero que vive en México hace casi 20 años.

Una vez que le puso punto final a su carrera dentro de la cancha, Castillo emigró a México para ser director técnico. La noticia de la muerte del 10 lo encontró justamente en un campo de juego.

“Apenas pasó lo de Diego ya me lo comentaron, salió en las noticias. Estaba en el entrenamiento y me lo contaron”, contó el misionero, que dirige a Acatlán Fútbol Club de Guadalajara.

El paso de Castillo por Boca fue breve, pero le alcanzó para compartir plantel y jugar varios partidos con Diego Maradona. Ese equipo de la temporada 1997/98 tenía a varios “pesos pesados” y, claro, al 10 como capitán y estandarte.

El Diego colega
Sergio Castillo desembarcó en la Primera División con Deportivo Español. Luego de jugar en Guaraní, pasó al club de la Ciudad de Buenos Aires y ahí le tocó enfrentar a Maradona en su regreso al fútbol argentino.

“Cuando jugué en Deportivo Español jugué contra Diego y cuando tuvimos un conflicto gremial estaba Diego”, recordó Castillo.

En 1997, seis jugadores de Español, entre los que estaba Castillo, querían su libertad de acción. El 30 de junio había terminado la temporada, pero como el club se encontraba en conflicto de acreedores no liberaba a los jugadores.

El 22 de julio se inició una huelgas en el fútbol argentino y el gremio dispuso un paro general de todas las categorías hasta que no se concrete la libertad de acción de Sergio Castillo, Marcelo Pontiroli, Gustavo Campagnuolo, Eduardo Fuentes, Pablo Guede y Mauro Potenzoni.

Pero el tema estuvo en la previa. En una reunión caliente entre capitanes y subcapitanes. Maradona apoyó el reclamo y la medida y eso quedó marcado a fuego para el misionero.

“Cuando tuvimos el conflicto en Deportivo Español siempre entendimos que se iba a resolver. Teníamos el apoyo de los jugadores más pesados y entre esos estuvo Diego. No sabíamos cuándo, pero sabíamos que se resolvía”, comentó.

Finalmente el conflicto se resolvió, los jugadores consiguieron la libre acción y Sergio Castillo pasó a Boca. Pasó de ser un colega de Maradona a tenerlo como compañero.

El gol en Misiones
Tener de ídolo al Diego es algo relativamente común en este país, pero tenerlo al lado en un vestuario no. Son pocos los que tuvieron ese privilegio y encima en Boca, el club del que Maradona se hizo fanático.

Ese Boca de 1997/98 era bravo. Maradona, Caniggia, Latorre, Bermúdez, Riquelme, Cagna, Chico Serna y Fabbri, entre otros. Pero el 10 tenía a cada uno en la cabeza. A todos.

“Cuando llegué al vestuario en Boca él se acordó del partido en Misiones (en cancha de Guaraní en 1992). Un día hablando de un gol de mitad de cancha, él dijo ‘yo hice uno en Misiones ¿o no Sergio?’ Pensé que no se iba a acordar del partido en Misiones”, confesó Castillo.

El Maradona compañero le dejó muchas enseñanzas al misionero: “Siempre te daba consejos de cómo pegarle, a dónde pegarle, los movimientos para hacer cada vez que él tenía la pelota. En el vestuario siempre te daba consejos, de cómo correr, de cómo marcar y cómo pegarle”.

“Vivía con mucha alegría, sobre todo cuando estaba e la cancha. Era su hábitat”, recordó el misionero y lo sintetizó como “un tipo sorprendente, en todos los sentidos”.

“Me quedo con lo que te hacía sentir Diego. Te hacía sentir seguro, cuidado, protegido, que estabas a la altura de cualquier jugador. Te daba mucha confianza en tus condiciones”, aseguró el ex jugador de Boca.

El legado de Diego
Maradona le dejó varios consejos dentro y fuera de la cancha. Hoy, como entrenador, usa los que tienen que ver con el fútbol y valora los que tienen que ver con el mundo de la redonda.

“Lo que más me quedó es que te hacía ver y sabía lo que iba a pasar. Uno va a aprendiendo a leer y a tener lectura de juego y eso es importante. Siempre estaba un paso adelante. Entendía lo que iba a hacer, o intentar hacer el rival. Cuando tenía la pelota en los pies, ya sabía lo que hacer”, contó en referencia a lo que tenía que ver con el jugador.

“En las negociaciones era implacable. Decía somos la materia prima del fútbol y que nos teníamos que hacer valer. En algunos países va a quedar el legado de Diego en cuanto a la defensa de los jugadores. En Argentina hay un gremio y el fútbol son los jugadores. Diego defendía eso”, sintetizó.

“Yo tenía la esperanza de ver a Diego disfrutando su vejez. No con la carga del nombre, sino siendo abuelo”, cerró Castillo.

Fuente: Diego Vain, El Territorio.

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