Guaraní recibió el peor golpe a su ilusión

Las finales se definen por detalles. Por una pelota, por un palo, por un error del rival. El fútbol te da y te quita. Hace una semana Villa Sarita era pura alegría, hoy es tristeza total.
Tristeza porque Guaraní perdió en Santiago del Estero ante Juventud Antoniana la final del torneo Regional y el sueño de volver al Federal A quedó, una vez más, trunco. En espera, porque ya regresará la Franja a la tercera categoría del fútbol argentino.
Las lágrimas de los jugadores en el «Arturo Miranda» de Atlético Güemes fueron el fiel reflejo del dolor porque saben que Antoniana ganó por poco. Porque aprovechó un mal momento de Guaraní para apurar y sacar rédito.

El dolor y la bronca no deben borrar la gran campaña de un equipo que llegó a la finalísima con 12 triunfos y apenas dos empates. Con 33 goles a favor y solamente tres en contra. Con un equipo y un grupo consolidado. Con puntos altos como Cristian Barinaga, Ignacio Valsangiacomo, Pablo Motta, Rodrigo Lechner y Eduardo Flores.

Pero cuando pudo, la Franja no estuvo fina. Erró más de la cuenta, más de lo que debía. El Santo salteño pasó el sofocón y sobre el final del primer tiempo encontró el gol que le daría el ascenso al Federal A.

Los dirigidos por Ariel Avaca (Carlos Marczuk no estuvo en el banco por estar suspendido), salieron a imponer condiciones. A jugar como lo hicieron durante todo el torneo. Con personalidad, con la tenencia de la pelota y con la redonda contra el piso.

Así llegaron las primeras oportunidades. Con Barinaga activo, con un Juan Manuel Rodríguez que se destacó por la izquierda, pero que nunca pudo conectar bien el pase final.

Juventud quería y no podía. Guaraní lo apretó, lo puso contra el área de Guillermo Bachke y casi lo deja nocaut. Pero Barinaga erró un par, Rodríguez otra y la pelota parada nunca fue una opción válida para la Franja.

Los salteños aguantaron, casi estoicos, los ataques de Guaraní. Se apegaron a su papel. Juntaron dos líneas de cuatro y se replegaron para esperar la contra justa.

El calor santiagueño hizo mella en las intenciones de Guaraní, que poco a poco le cedió el control de la pelota a Antoniana y empezó a marcar mal. A llegar tarde a las pelotas. A perder siempre la segunda pelota.

Creció, en ese contexto de poco fútbol, la figura de Mbombaj y Esparza. El misionero por derecha, el otro por izquierda. Tarrito Pérez y Jonatan Medina sufrieron las escaladas de los mediocampistas salteños y los centros cruzados se hicieron cada vez más constantes.

Tanto fue que la pelota pasó por el área de Flores, que un rebote le quedó al misionero Mbombaj, quien la cruzó bien y dejó sin reacción a Flores para el 1-0, cuando Antoniana era un poco más que la Franja.

Los de Villa Sarita intentaron y reaccionaron rápido, pero Bachke le ahogó el grito a Barinaga y Antoniana se fue al descanso arriba.

Fin del sueño
El complemento fue lo esperado. Guaraní intentó con lo que pudo, pero no estuvo fino en el último toque. Se cansó rápido, cubrió mal los espacios y Juventud hizo que el reloj corra.

Entre los pelotazos y el desorden, los salteños se sintieron cómodos. Tiraron la pelota afuera. Cortaron con falta cuando fue necesario y apostaron al contragolpe.

Motta no estuvo fino y poco a poco Barinaga y Valsangiacomo quedaron desconectados. Los ingresos de Almirón, Cardozo y el Pájaro Benítez le dieron aire al ataque, pero no precisión.

El tiempo le jugó en contra a Guaraní, que se desesperó, recurrió a los centros y nunca pudo ganar en el área de Bachke. De a poco, el sueño de volver al Federal A se fue escurriendo entre los dedos, hasta que Nahuel Viñas pitó el doloroso final.

Seguramente hoy la bronca invade a los hinchas de Guaraní, pero deberán reconocer que la campaña fue casi perfecta. Sí, quedó trunco el sueño. Molesta, claro, pero también la Franja encontró puntos altos a lo largo del certamen y logró armar un equipo que siempre fue protagonista.

Ayer equivocó los caminos. No estuvo fino y se lamentó la derrota. Una más que dolorosa para su historia, porque lo condenará a esperar, al menos un tiempo más, en el último escalafón del fútbol argentino. Pero Guaraní compitió de igual a igual en todos lados y se plantó siempre de la mejor manera.

Tocará ahora masticar bronca, analizar en frío y empezar a pensar en el próximo Regional. Guaraní demostró que tiene con qué y el fútbol siempre, pero siempre, da revancha.

Fuente: El Territorio.

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