Ni la suerte lo acompaña. Crucero del Norte tuvo un buen partido, hizo un enorme desgaste y mereció más que su rival, pero como todos saben, en el fútbol no existe el merecimiento. Le ganaba a Defensores de Belgrano de Villa Ramallo, pero una distracción en el final le costó el partido. Fue 1-1, resultado que agranda la sequía en el Federal A.
Simplemente no liga. El Colectivero esta vez levantó el nivel futbolístico respecto a otros juegos, pero aún así se quedó con las manos vacías. A diferencia de otros encuentros, esta vez mostró otra actitud y tuvo determinación. Aunque le faltó claridad en varias ocasiones, fue superior a un rival que fue sintiendo el desgaste, pero no supo cerrar el partido y lo pagó caro.
Si bien el arranque fue parejo, después de los 15’ Crucero tomó protagonismo y ahogó al rival en su propio campo. Tuvo el control territorial, pero pocas ideas en los metros finales y eso fue su déficit más importante.
Quizás lo que más se lamentó el equipo misionero es que tuvo al menos dos buenos contragolpes desperdiciados. Llegó con mucha gente en ataque, pero las malas decisiones o la falta de seguridad en los pases lo llevaron a desaprovechar inmejorables ocasiones.
Y hablando de desperdiciar chances, en el cierre del primer período tuvo la mejor situación de todas. Es que Cepeda tocó la pelota con la mano dentro del área y el árbitro Correa no dudó en cobrar penal. “Pinti” Álvarez se hizo cargo de la ejecución, pero estrelló el remate en el palo.
El complemento también comenzó desordenado, pero cuando Maximiliano Perussato se cargó el equipo al hombro se vio lo mejor de los misioneros y justamente de esa manera llegó el primer gol.
Es que, a los 17’, el volante ganó por un costado, encaró y metió un preciso pase entre líneas para Osmar Fernández, que definió entre las piernas del arquero para poner el 1-0. Ese gol cortó una sequía de cuatro partidos sin poder convertir.
Con la ventaja, Crucero intentó cuidar la pelota y lo hizo bien hasta el tramo final. Sin embargo, producto del tremendo desgaste físico, las piernas comenzaron a flaquear y en la única distracción que tuvo en el partido, se derrumbó todo lo que construyó.
A los 36’, el Colectivero titubeó en un pelotazo largo al área y un jugador visitante remató al arco. El arquero Garcete contuvo el remate, pero dejó rebote y allí estuvo atento el recién ingresado Mateo Tuset que, en la primera que tuvo, la mandó a guardar para el 1-1.
Fue un golpe desbastador para Crucero, porque le costó tanto trabajo volver a convertir y apenas en la única llegada clara del rival se quedó sin nada.
El anhelo de la clasificación se aleja, pero todavía queda mucho camino por delante y lo que viene será Central Norte, en Salta.
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