René Yegros Codiani: “El tenis es mi pasión”

René Yegros Codiani: “El tenis es mi pasión”

Compartió la lista del ranking mundial de ATP con nombres de la talla de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. Es que cuando el tenista misionero estaba entre los mil mejores jugadores del planeta, esos tres monstruos empezaron a liderar los puestos de vanguardia.
René Yegros Codiani es el tenista en cuestión, ese hombre que hoy ya es entrenador, pero que sigue demostrando su alto nivel de juego en algunos torneos.

Por eso, a poco de cumplir los 31 años, ganó una vez más un torneo en su amado Itapúa Tenis Club. Ese mismo club que lo vio crecer y que lo coreó allá en el 2015 cuando consiguió sus primeros puntos para el ranking ATP, “el momento más lindo e importante de mi carrera”, según le contó René a El Deportivo.

¿A qué te estás dedicando actualmente?

Me estoy dedicando a la enseñanza a todo tipo de alumnos, ya sean principiantes, nivel intermedio y competencia. En realidad me apasiona esto último, porque como lo viví en carne propia sé lo que es, es el rubro donde más desempeño.

Pero, ¿también seguís jugando?

Así es, cuando existe la posibilidad me anoto en los torneos para competir y si este año lo permite estaré jugando los certámenes interclubes en el mayo en Francia. Lo vengo jugando desde el 2015 pero los últimos años no pude viajar por la pandemia. Cuando las fechas me permiten también trato de jugar en Alemania, pero en este año será sólo en Francia.

¿Cómo llegás a disputar esos interclubes?

El tema es así, cuando no tenés pasaporte europeo tenés que ir a jugar diez torneos en el primer año para quedar habilitado a representar a un club a partir del año siguiente. En mi caso, fui, jugué esas competencias y tuve la suerte que cinco clubes se interesaron en mí, pero en ese momento elegí la mejor opción y fue el Lebleu Tenis Club. Allí me fue bien, logramos ascender pero en ese mismo 2015 el club quebró económicamente y no pudieron solventar los gastos de los tenistas sudamericanos.Entonces me puse en contacto con otro club, el Paleu Tenis y es donde estoy desde el 2016 fijo. La relación ya es más familiar, va más allá de lo profesional y es lo lindo del deporte.
Lo tomo como un trabajo porque cobro para jugar y me sirve para ganar un dinero importante para seguir mi desarrollo. Ellos se hacen cargo de todos mis gastos.

¿Cómo ves el nivel de los misioneros?

Lo veo bien, en avance, hay que destacar algo que se viene haciendo desde hace un par de años de la Federación Misionera y es que están apoyando a todos los tenistas, sin importar si son amigos ni parientes. Desde que está Eduardo Messa con otros dirigentes se buscó un tenis parejo y equitativo, buscando inscripciones para los chicos misioneros, lo que permitió que más jóvenes se puedan desarrollar en la alta competencia.

¿Ves a muchos chicos de Misiones con futuro?

Hay un lindo semillero, chicos con muchas variantes y es bueno saber que detrás de una camada ya vienen apareciendo otros jóvenes que le pueden dar un salto de calidad a Misiones. Siempre tuvimos representantes en los primeros planos del ámbito nacional. En su momento fueron mi mamá, Chucho Acassuso, Diego Hartfield y después mi camada que estuvimos en altos niveles e incluso fuimos rankeados, compartiendo listas con Roger Federer, Rafael Nadal y tantos otros grosos.

¿Entrabas a mirar tu ranking de ATP?

Sí, siempre. Para mí era un sueño entrar en el ranking y saber que estabas en esa lista. Mi mejor puesto creo fue 1.000 más o menos entre un total de 15 mil jugadores. Lo que sí sabía era que estaba dentro de un listado que lo encabezaba Federer y era una locura.

¿Cuál fue tu mejor momento tenístico?

Allá en el 2015 cuando viajo a Europa, que me fue tan bien en los interclubes que volví a los pocos meses. Había jugado 45 partidos y gané 33, fue increíble. Encima ese año volví y saqué mis primeros tres puntos profesionales.

¿Cómo fue ese momento de obtener los puntos para ingresar a ranking ATP?

Fue un día soñado, fue en Posadas, con toda mi gente y en el club Itapúa. Se dio todo como lo había pensado. A veces tenés que salir a buscar puntos a otras ciudades o países, y a mí se me dio la posibilidad de hacerlo en mi país y en mi ciudad. Fue espectacular escuchar a toda mi gente corear mi nombre, fue una experiencia única, que se lo deseo a todos los tenistas del mundo.

Al venir de una familia ligada al tenis, ¿el apoyo siempre existió?

Sí, por supuesto. Mis abuelos siempre me acompañaban a todos los torneos y justo en el 2015, uno de ellos se enfermó, tuvo un ACV y no pudo estar presente cuando gané mis primeros puntos. Si pudiera volver el tiempo atrás, lo haría sólo para que mi abuelo pueda estar en ese momento tan importante. Él siempre golpeó puertas, iba a los medios de comunicación y me acompañó a todos los lugares.

¿Qué fue lo más lindo de estar compitiendo a un nivel alto?

Las relaciones, los lugares que conozco. En mi caso es hermoso jugar en Europa, probarme en torneos de diferentes superficies que aquí no hay, como ser canchas de cemento, techadas o de césped.

Y ¿qué es lo más feo de esa competencia?

Es un deporte individual y muchas veces son pocos los que se alegran cuando a uno le va bien. La parte mala es la envidia que hay en este deporte. No hay tantas cosas malas, porque uno lo hace de corazón y trata de ver las situaciones positivas.

¿Recordás algún partido en especial?

Y en esa Copa Misiones cuando logro mis primeros puntos le gané a Franco Agamenone, que en ese entonces estaba en el puesto 600 más menos, después perdí con Patricio Heras, que luego termina ganando el torneo. Después en interclubes de Buenos Aires me tocó jugar contra Guido Andreozzi que estaba 78 del mundo en ese momento. Saber que uno se midió en un mismo nivel es un orgullo.
También me tocó competir contra el británico Cameron Norris que hace poco perdió con Nadal en una final. Si bien ellos no estaban en su plenitud en ese entonces, yo puedo contar que jugué contra jugadores que hoy son muy importantes.

¿Qué significa el tenis en tu vida?

El tenis es mi pasión, es un amor que me motiva a levantarme todos los días, ya sea para competir o para enseñar como lo estoy haciendo hoy. Empecé a los nueve años, primero con mi abuela, después con mi mamá y nunca más lo solté. Es mi vida, es lo que disfruto de hacer y tener que hacer algo que amas todos los días no tiene precio.

 

El orgullo de una larga carrera

René hoy mira hacia atrás y observa que realizó un recorrido hermoso en el ámbito del tenis. Sobre todo porque jugó al máximo nivel y pudo cumplir varias de sus metas.“Siempre digo y remarco que con todo hice un montón, porque la realidad es que nunca se consiguió un apoyo importante para bancar una carrera como la mía”, aseguró el tenista.

Yegros Codiani detalló que “competir tantos años en Europa, viajar, ingresar en el ranking ATP con poco es un orgullo”.

“Lo único que me quedó saber es si podía medirme con los jugadores top”, finalizó.

Fuente: Primera Edición.

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