“El básquet adaptado genera en los clubes un cambio positivo”

“El básquet adaptado genera en los clubes un cambio positivo”

Carlos Castro es el entrenador del equipo de básquet adaptado del club Luz y Fuerza, una función que cumple desde el 2019 y a la cual llegó casi por casualidad, como él mismo lo reconoce. Es que, a pesar de haber estado ligado al básquet desde pequeño, la oportunidad de transmitir sus conocimientos con la pelota naranja le llegó de grande y fuera del ámbito del básquet convencional.
Comenzaba el 2019 y el único equipo de básquet sobre silla de ruedas de Posadas se había quedado sin entrenador y con la incertidumbre de cómo seguir adelante. Fue en ese momento en el que el protagonista de esta historia decidió aceptar la propuesta y luego de casi cinco años de haber iniciado el proceso se comienzan a ver los frutos de todo el trabajo hecho en una actividad muy poco desarrollada en la tierra colorada.
Carlos empezó a jugar al básquet desde pequeño. Pasó por las categorías formativas y juveniles, pero nunca había pensado en ser entrenador.

“El básquet adaptado genera en los clubes un cambio positivo”Carlos Castro entrena al equipo martes y jueves en el Finito (Fotos: Guadalupe De Sousa)

“Tuve la suerte de tener grandes entrenadores de básquet, uno de ellos fue Juan Nazario Caferatta. Con él empecé en el Instituto Janssen y me mandó a entrenar con Finito Gehrmann en el Zaimán, así que tuve a dos grandes entrenadores cuando arranqué en el mundo del básquet. También sumé experiencia con Juan José Diéguez y Víctor Pierotti. Todas esas personas me dejaron enseñanzas que me marcaron a fuego”, recordó Carlos Castro en esta charla con El Territorio.

“En el 2019 me invitaron a colaborar con el equipo de básquet adaptado porque los muchachos (los jugadores) se habían quedado sin entrenador. En ese momento los ayudaban desde una fundación que se llamaba Solidaridad en Movimiento y me convocaron. Fui a una reunión sin conocer mucho del tema y como ellos sabían que yo tenía un pasado ligado al básquet me ofrecieron que sea su entrenador. Lo acepté sin dudar”, contó.

Carlos comenzó a meterse en el mundo del básquet adaptado y en poco tiempo su equipo compitió con los mejores representantes del país. También conoció a quienes llevan adelante esta disciplina a nivel nacional y eso lo motivó. Lejos de quedarse paralizado durante la pandemia de Covid-19 que azotó al mundo a principios del 2020, Carlos aprovechó para capacitarse, realizó el curso de entrenador de básquet adaptado y en octubre le llegó la invitación para competir representando al club Luz y Fuerza, lo que significó un gran paso para el crecimiento de esta actividad dentro de la provincia de Misiones ya que es, hasta el momento, el único club que cuenta con básquet adaptado.

¿Antes del 2019 tenías algún tipo de experiencia en trabajar con personas con discapacidad?

Imagináte que casi no tenía experiencia dirigiendo básquet. Desembarqué en este proyecto, comenzamos a entrenar y al poco tiempo estábamos compitiendo. Me costó poco tiempo darme cuenta de que eran deportistas como cualquier otro a los que les falta la estructura del básquet convencional. Aprendí mucho de sus experiencias de vida, de lo que les cuesta y de la necesidad que tienen de realizar un deporte. Eso lo vimos mucho durante la pandemia, cuando se frenó la actividad. Ellos querían volver a jugar, necesitaban ese vínculo de grupo y deporte.

¿Qué rol cumple la implementación del programa de Escuelas Deportivas Adaptadas?

Para mí fue fundamental. Apareció en el 2021 y nos permitió comenzar un proceso para bajar la edad en la que se inician en este deporte y empezar a armar el ‘semillero’. El fruto de ese trabajo para mí es la convocatoria a la selección juvenil de Santiago Videla y Patricio Núñez. Los chicos que están siendo vistos a nivel nacional se iniciaron en este deporte en las escuelas deportivas y tienen la competencia en el club Luz y Fuerza.

¿Cómo se hace para que un chico en silla de ruedas se interese en querer jugar al básquet?

Creo que tiene que ver mucho la difusión del deporte. Esa era una materia pendiente cuando llegué acá en el 2019. Pienso que si se refleja en los medios de comunicación eso despierta el interés en los chicos. Para sumar a eso también comenzamos a hacer exhibiciones de básquet adaptado en clubes como Tokio, OTC, Siglo XXI. También lo hicimos con el equipo de primera división de fútbol de Luz y Fuerza. Esas acciones creo que permitieron que muchos chicos nos empiecen a ver. También las experiencias de Noelia Olivera y Lisandro Zarza, son ejemplos a seguir para los más chicos. Hoy tenemos chicos de 11 y 10 años que se empezaron a sumar.

¿Qué evolución ves en los chicos que juegan básquet adaptado en cuanto a su discapacidad?

Ellos son un ejemplo de motivación para sus pares y para los chicos que no tienen conocimiento en hacer algún deporte. Les abre un mundo distinto. Tenemos el caso de Ayelén Ríos que vino de Apóstoles. La madre nos contó que la chica estaba en su casa y prácticamente no salía, no tenía ninguna experiencia deportiva previa. Comenzó con nosotros hace un año y hoy está convocada a la preselección. La misma madre me dijo que ‘es otra persona’. Otro caso es el de Genaro Báez, que jugaba al rugby y vino a hacer una rehabilitación con nosotros. Fue un intercambio de experiencias. Nosotros decimos que el básquet adaptado tiene que servir como recreación, rehabilitación y aspiramos a que sea competitivo, pero si cumple cualquiera de esos tres requisitos ya está bien.

¿Qué cosas se podrían mejorar para lograr que esto siga creciendo?

Que los clubes de básquet de la provincia empiecen a integrar entre sus actividades al básquet adaptado. Que cuenten con alguna silla deportiva, aunque también se puede empezar sin silla. Se van a dar cuenta rápidamente del cambio positivo que se genera. De cómo suma a las otras disciplinas del club como ejemplos de vida, de capital humano. En visualizar las adversidades que ellos enfrentan en el día a día, eso nos transforma y nos mejora como sociedad. Los clubes le deberían abrir sus puertas al básquet adaptado para nutrirse de esa experiencia. Además necesitamos tener competencias para seguir creciendo. Otras provincias cercanas tienen un gran desarrollo y sabemos que se puede. Muchos chicos están con ganas de sumarse a jugar, pero no hay equipos. Tenemos pequeños logros como la participación en los Juegos Evita, son pequeños logros pero que suman muchísimo. En este proceso también es fundamental el acompañamiento de las familias, un amigo, un hermano que los acompañe, aunque sea la primera vez.

¿Qué te motiva a cumplir este rol?

Para mí es devolverle al básquet todas las enseñanzas que me dejó. Fue una casualidad llegar acá, pero estoy muy agradecido. Aprendí mucho de sus ejemplos de vida, del esfuerzo y el sacrificio que hacen para estar acá, uno se retroalimenta. Si ellos no bajan los brazos nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Además ver el crecimiento de ellos como jugadores cuando son convocados a la selección, cuando vamos a jugar los cuadrangulares y compiten. Quiero que esto sea para ellos una puerta de entrada al deporte.

¿Qué le dirías a un chico/a que tiene ganas de jugar pero a la vez temor?

Le diría que ni lo piense. Que los ejemplos de los chicos están a la vista. El deporte te abre nuevas puertas, oportunidades, grupos de amigos. Puede ser recreativo, de iniciación. Puede servirle para salir de sus casas, sentirse motivados. El mensaje también es para las familias que deben acompañar. A veces tienen miedo de poder lastimarse, pero la verdad que puede haber alguna caída, pero más que eso no pasa. Lo que ellos descubren con este deporte es un mundo totalmente distinto. Sirve para la salud física y mental.


Perfil

Carlos Castro
Entrenador de básquet adaptado y docente técnico Nació en Posadas el 10 de marzo de 1969. Desde niño su vida estuvo ligada al básquet. Pasó por las categorías formativas y juveniles y tuvo como entrenadores a dos emblemas como Juan Caferatta y Finito Gehrmann, quienes lo marcaron para lo que sería su carrera de entrenador en el básquet adaptado, que comenzó en 2019.

Una historia de rehabilitación para soldados

El básquet en silla de ruedas o básquet adaptado es una variante del tradicional, pero es practicado por jugadores con alguna deficiencia motora permanente.  Este deporte surgió a principios del siglo XX con el objetivo de reintegrar a los soldados que habían salido heridos de la guerra, ayudando así a su rehabilitación. El básquet adaptado es uno de los pocos deportes que comenzó en los primeros Juegos Paralímpicos y que todavía forma parte de esta competición desde 1960. Tiene la particularidad de ser mixto y sin límites de edad. La disciplina se rige por las  reglas de la Fiba, sólo con modificaciones por el uso de la silla de ruedas. La pelota, la cancha y el aro son iguales que el baloncesto olímpico. Las mujeres comenzaron a competir en los Juegos de Tel Aviv en 1968. En la actualidad, esta disciplina se practica en más de 100 países.

Fuente: Facundo Alzaga, El Territorio.

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