El legendario arquero de Huracán de Montecarlo, Roberto Geck (42), retomó el fútbol casi sin proponérselo y ahora espera salir campeón por última vez para retirarse del fútbol federado.
El portero que fuera símbolo de aquel histórico equipo de Tigre de Santo Pipó que llegó a las instancias finales del torneo Regional en 1999, además no descarta la idea de fundar una escuelita apuntando a la formación de nuevas figuras en el arco.
Geck también incursionó en la Primera B Metropolitana con All Boys y además vistió la camiseta de Sporting de Laboulaye (Córdoba).
“Había pensado en retirarme hace un tiempo, pero vi la iniciativa de revivir el club con Hilarión Benítez al frente, que decidió armar un buen equipo. Por ahí la llegada del Chori Sosa, de Roberto Müller como técnico, motivó a que siga jugando. La idea es retirarme con un título o jugar un último Argentino B”, relató.
El montecarlense, que hace más de 15 años se desempeña en el arco de Huracán tras haber pasado por clubes nacionales, provinciales y de la liga de Eldorado, se calzó los colores del Globo desde el 2001 hasta el 2014, año en elque se tomó un descanso de unos meses para retomar el arco de Huracán con la nueva dirigencia.
“Hace un tiempo estaba entrenando a chicos pero es medio complicado si no tenés los recurso. Si van a la escuelita ellos también quieren competir y la situación del club estaba un poco complicada, entonces costaba un poco”, dijo el arquero.
“Hoy por hoy se está trabajando bien con las inferiores y en un futuro, cuando deje de jugar, la idea es hacer una escuelita de fútbol y dedicarme a los arqueros porque hay buenos exponentes”, señaló.
Asimismo, el misionero contó que en varias oportunidades apuntó a preparar a los arqueros que forman parte del equipo, viendo que hace falta recambios y que hay gente joven preparada para ese puesto, pero el cuerpo técnico a la hora de los encuentros nuevamente lo deja a él en la valla.
En cuanto a las chances que tuvo en su carrera de jugar en equipos de renombre, Geck resaltó que “el fútbol te abre muchas puertas, conocés gente en lo laboral, pero vivir de eso es medio complicado, al menos en Misiones, oportunidades hubo, pero por ahí preferí asentarme acá cerca de mi familia”.
Pero a sus 42 años ya su vida hoy toma otra perspectiva y tiene la esperanza de que su nieto Milo lo suceda en un futuro. Hoy tiene la satisfacción de que su hija Carla, de 21 años, hace poco más de un año comenzó a jugar futsal ocupando muchas veces el arco de su querido Globito.
“Carla siempre me acompaña a los partidos, al igual que toda la familia, y ahora se decidió a jugar al fútbol también y la ayudo para que se vaya formando. También tengo la idea y la ilusión de formar a mi nieto Milo para que sea futbolista”, contó un orgulloso Geck, que dejará de herencia nada menos que su pasión por el fútbol.
Fuente: El Territorio.
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