No habrá podido sacar muchas conclusiones Héctor Rivoira. El Chulo, que hoy será presentado como entrenador de Crucero del Norte, estuvo ayer en Corrientes presenciando el choque entre el Colectivero y Boca Unidos por la fecha 17 de la Primera B Nacional, pero sólo pudo analizar al equipo misionero por lo que hizo en los primeros 30’.
Crucero perdió 2-1, pero el partido sufrió un quiebre importante a la media hora de juego, cuando el impresentable Guillermo González expulsó al pibe Braian Domínguez por cortar un ataque rival cuando éste ni siquiera había cometido infracción. Todo Crucero se le fue encima al hombre de negro pero no hubo marcha atrás.
Por lo que vio hasta entonces habrá quedado más que satisfecho el nuevo técnico, porque Crucero mostró un pressing muy interesante y fue vertical cada vez que la recuperó. Y contó con las chances más claras de gol.
Porque a los 9’ Wilson Rojas se lo perdió de cabeza, enseguida fue Váttimos el que remató por arriba y más tarde, luego de un gran recupero de Arévalos en el medio, el delantero paraguayo perdió mano a mano con Juan Ojeda.
Primera llegada, adentro
El equipo de Federico Domínguez se animó por primera vez a los 25’. No perdonó. Michael Hoyos le ganó a Sotelo una dividida por el sector derecho, mandó un centro pasado y el gigante Federico Nieto se impuso en las alturas y con un frentazo bien ubicado estableció el 1-0.
Hasta que llegó la inentendible roja a Domínguez y a Boca Unidos se le abrió un abanico de buenas opciones.
Así y todo Sotelo pudo haber empatado con un remate desviado, y hasta Rojas se perdió la igualdad al definir muy suave cara a cara con el ex Rosario Central.
Crucero ni siquiera en desventaja modificó su libreto. Un poco porque mostró ese plus de carácter que nunca tuvo ante Almagro y otro tanto porque su rival lo dejó.
A los 11’ fue el palo el que salvó al equipo correntino luego de una avivada de Rojas, pero alguna se tenía que dar. A los 16’, Robinho Dujaut dejó en claro el porqué de su apodo y de pelota parada le dio con mucha rosca para desatar los festejos de todo el banco. Un verdadero golazo de tiro libre le daba vida a Crucero.
Pero duró muy poco la alegría. Cinco minutos para ser exactos. El fondo durmió, todos descuidaron a Nieto en el corazón del área chica y el goleador, en dudosa posición, metió nuevamente la cabeza para adelantar al dueño de casa.
Ahí se terminó el partido. Crucero se desinfló anímicamente, sintió el desgaste de haber jugado más de una hora con un hombre menos y sólo trató de dejar una buena imagen en cancha. Lo que venga a partir de ahora será materia para el Chulo Rivoira.
Precisamente el DT estuvo en la cancha y en diálogo con El Territorio remarcó: “Confío en el plantel porque Crucero tiene buenos jugadores. No es un buen momento, el equipo está último, pero vamos a ver cómo están los chicos y después hablaremos con ellos. Vamos a tratar de imponer nuestra idea de juego y para eso vamos a trabajar”.
Fuente: Gustavo Hollmann, El Territorio.
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