Conversando con su almohada, por estos días, probablemente, Pablo Oscar Natalio Farías estará replanteándose su futuro luego de noquear técnicamente en el primer asalto al misionero Javier Andino en Rafael Calzada el viernes pasado, tras provocarle dos conteos de protección: ¿cómo es posible que con semejante potencial me cueste terminar de desplegar las alas de cara a poder llegar a darle forma a mi sueño de llegar a ser campeón mundial? De ser así, seguramente estará por el buen camino y la posibilidad de acercarse al calor del cetro ecuménico no sonaría tan descabellada.
Similar a Marcos Maidana, a Víctor Galíndez -con el malogrado ex campeón mundial mediopesado comparte su desmedida predilección por las bebidas gaseosas- y al bueno de Juan “Martillo” Roldán, entre muchos otros, “Pokemón” se entrena para llegar al peso y no como forma de vida, como todo buen profesional que se precie de tal lo haría. Sin ir más lejos, Sergio “Maravilla” Martínez, Omar Narvaes y Juan Carlos Reveco son, hoy por hoy, muy buenos ejemplos para seguir.
Entonces, en el interregno entre combate y combate, Farías suele retornar a su Junín natal y comienzan sus problemas: los amigos del campeón, las comidas opulentas, las distracciones…Y cuando aparece un combate cercano, ¡pum! Con varios kilos arriba comienza su martirio, y vuelta a empezar. No quedan dudas de que este círculo vicioso de envalentonar a la balanza por deficiencias propias -de él, no de la pobre báscula que no le miente- hasta límites insospechados conspira contra sus chances futuras.
Y aunque él, “Pokemón”, un tipo afable y que, al menos en sus declaraciones a este medio tanto en Argentina como, vía telefónica, en Alemania, se suele sumergir en una autocrítica feroz, disimule esas carencias con su talento natural como lo hizo con el KOT 1º el viernes pasado frente a Andino, la cosa así no va.
No va porque pese a que apenas tiene 24 años y cree que puede llevarse el mundo por delante, las actitudes poco profesionales le van pasando factura. Y, vedad de Perogrullo: “los golpes no son caramelos”.
Por esa razón necesita pelear bien seguido para no distraerse, para no salirse de la raya, para continuar concentrado en un objetivo que, si se pone las pilas dentro de los supermedianos, con duelos pendientes con Rubén “Siru” Acosta y Ezequiel Maderna (presente en el estadio) -en un duelo tan improbable de realizarse, ya que ambos están dirigidos por el promotor Mario Margossian, como de pronóstico muy difícil-, quienes deberían ser las piedras a sacarse de sus zapatos para relanzar su campaña internacional bien galvanizado.
Tal vez no le sirva a Farías ganar tan rápido, probablemente le sirva más vencer sufriendo, para que se dé cuenta de una buena vez que con su potencial y carisma no le alcanza para ser un Clase A internacional.
Poco y nada para decir
En un somero análisis de su precipitada definición frente a Andino (23 años, 14-3-1, 7 K.O.), se puede decir que Farías (24 años, 81,050 kilos, 20-2-0, 12 K.O.) buscó quemar sus cartuchos de entrada ya que su respaldo para sostener el ritmo durante los diez capítulos pactados bien en duda estaban.
Y el juninense consiguió su propósito enseguida, dado que al zurdo mesopotámico parecieron volver a atraparlo los fantasmas del KO 1 sufrido ante el propio Maderna en 2009, aquella vez en su primer duelo “en serio” -el viernes, ante el bonaerense, fue el segundo…- luciendo este último muy atado y medroso, casi sin poder sacar las manos.
Así fue que, casi sin oposición, Farías fue por su presa y se abalanzó sobre el cuerpo rival y provocando el primer conteo de protección del árbitro Hernán Guajardo. Trascartón, llegó un cross de zurda, el paso atrás, y una nueva embestida coronada con un cross de derecha que le pellizca el mentón a un Andino que fue derribado hacia atrás. Segundo conteo protector.
Y, finalmente, a la salida de un clinch, Farías lo calzó con otro cruzado, esta vez zurdo, que le hizo flamear por enésima vez las piernas al misionero, provocando el correcto “no va más” del tercer hombre. Telón final. Victoria precipitada, lógica, esperable. Nada más para decir.
No caben dudas de que “Pokemón” tiene el fuego sagrado metido bien adentro. Y se la banca a pie firme. Le hace honor, salvando las distancias, a su segundo y tercer nombre (Oscar Natalio: ¿se entiende, no? Si no, ¿cómo plantársele “irrespetuosamente” a un campeón de los kilates de Arthur Abrham hasta que su físico dijo basta?
Una buena autocrítica realizó luego del combate, pidiendo casi a gritos que lo saquen de Junín, que banquen su afincamiento en Buenos Aires, para alejarse de todas las tentaciones y de lograr un poco de paz. Él -dijo- está dispuesto a hacer todos los sacrificios posibles para reencaminar su campaña. Habrá que ver qué le depara el destino junto con su equipo técnico de trabajo encabezado por Guillermo Silva.
Pero, por lo pronto, la victoria hay que ponerla en su justo valor. Para las estadísticas y para reponerse mínimamente, de sus dos caídas consecutivas: la primera, polémica descalificación con José Clavero en José C. Paz, y la última, en enero, ante “el Rey Arturo”. Es un buen punto de partida. Ni más ni menos.
Fuente: Enrique Rodríguez, www.ganchoycross.com.ar
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